Abogado
El ministro de Trabajo anunció hace unos días una agenda de diecinueve puntos, que acoge los planteamientos de varias organizaciones sindicales y que se enmarca en una presentación más amplia, señalando lo que el Ministerio de Trabajo piensa hacer en materia de generación del empleo.
En la agenda destacan la promoción de la vacunación y la mejora de los servicios que el Ministerio presta a la ciudadanía como propuestas. Pero quizá se debió resaltar más la posibilidad de crear empleo privado o la reducción de la informalidad mediante medidas concretas de formalización, pues el fortalecimiento de la Sunafil, otras de las propuestas de la agenda, ayuda, pero no basta. Y esto porque si como la agenda propone, equivocadamente, en mi opinión, la eliminación de la tercerización y del régimen excepcional de suspensión laboral perfecta, previsiblemente se reducirá la generación del empleo y aumentará la informalidad.
También se propone aumentar la remuneración mínima (medida que ya cuestionó el ministro de Economía), y eliminar la compensación de horas no trabajadas por los trabajadores de los grupos de riesgo, por las licencias que el propio Estado forzó a otorgar durante la pandemia. Estas medidas se suman a la discusión de la Ley General de Trabajo, la Ley de Relaciones Colectivas y la ratificación del Convenio 190 de la OIT, propuestas todas, especialmente las dos primeras, que deberían motivar un diálogo tripartito pero que no son urgentes.
La agenda también propone, a pesar de que no cabe, desistirse de las demandas de inconstitucionalidad contra la Ley 31188 (negociación colectiva en el Estado) y contra el régimen CAS (que busca eliminar la meritocracia en el Estado), debatir la adscripción de Servir al Ministerio de Trabajo, el aumento de las pensiones del DL 19990 y la Ley 25530 y reincorporar a los trabajadores cesados por el Estado.
Todos estos planteamientos convendría discutirlos con el Ministerio de Economía y ponerlos bajo el escrutinio de la ciudadanía, porque involucran gastos enormes y pueden generar una burocracia que, al no ser evaluada, no estará al servicio del ciudadano.
Y en su rol como Ministerio, la agenda propone mejorar los servicios que el Ministerio de Trabajo brinda, revisar las políticas de productividad y competitividad y de empleo decente y el fortalecimiento institucional de la Sunafil. Eso está muy bien y dialogar e informar acerca de lo que se pretende con esas mejoras, siempre será bien recibido.
Valdría la pena que esta agenda se revise y algunos de sus puntos se sometan al diálogo social, porque con una crisis como la actual, lo esencial es actuar rápidamente y buscar alinear la agenda a los intereses de la ciudadanía y, cómo no, con los de los trabajadores y los empleadores.