La revolución de los pagos con QR

Tras la pandemia, las formas de pago cambiaron en su totalidad, debido a la acelerada y positiva digitalización que venimos experimentando. En Perú, de acuerdo con Niubiz, hoy en día ya son 10 millones de usuarios peruanos que utilizan algún tipo de billetera electrónica o e-wallet.

Esto muestra como migramos a medios de pagos digitales que ya dejan de ser una tendencia y se convierten en una realidad. Un ejemplo, es el caso de los pagos con códigos QR, que en nuestro país crecen exponencialmente, y su uso se ve cada vez más común en bodegas, taxis, restaurantes, mercados, etc. Lo que se inició como un pago seguro para resguardar la salud de las personas, hoy es una herramienta necesaria que apela a la agilidad y practicidad que ofrecen estas transacciones sin contacto.

En el ámbito de los negocios, esta revolución digital transforma también el consumo y permite a pequeñas, medianas y grandes empresas capturar a millones de peruanos bancarizados con un dispositivo móvil que tengan acceso a internet, que son el 80% según Osiptel. Es una realidad que la economía virtual es y seguirá siendo uno de los mayores aliados de la reactivación económica, que hoy el mundo y nuestro país necesitan.

Sabemos por Visa que, durante la pandemia, más negocios comenzaron a aceptar pagos electrónicos. De ellos, los sistemas más populares fueron los códigos QR (32%), las ventas a través de la web (30%) y los pagos sin contacto mediante tarjetas o teléfonos celulares. Entonces, ¿cómo responden los negocios a esta oportunidad? En nuestro caso hemos creado e-Vale, una e-wallet para pagos con QR, porque estamos convencidos que la digitalización de incentivos y compensaciones seguirá creciendo de la mano del mercado online y del nuevo digital consumer.

Las empresas y colaboradores están experimentando ya las mejoras de una oferta de incentivos virtuales. Se benefician de su inmediatez, universalidad y adaptabilidad para premiar esfuerzos, fidelizar a su fuerza laboral, e incluso motivar a clientes o a su fuerza de ventas. ¡Si el mundo se transforma, el consumidor y los incentivos también!