
Escribe: Alberto Arispe, gerente general de Kallpa Securities SAB
En lo que va del 2025, el EPU, fondo de acciones que cotiza en bolsa y que agrupa títulos de las principales empresas peruanas, ha rendido 86.2 %, alcanzando máximos históricos. Este año ha superado ampliamente al SPY (fondo de acciones que cotiza en bolsa y que agrupa títulos de las principales empresas estadounidenses) y al EEM (fondo de acciones que cotiza en bolsa y que agrupa acciones de empresas de mercados emergentes), que tuvieron rendimientos de 18.2 % y 32.3 %, respectivamente. Este notable outperformance se ha debido principalmente al fuerte rally en los precios del cobre, el oro y la plata, que ha impactado favorablemente en el precio de las acciones mineras.
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¿Pero ha sido el mercado peruano una buena alternativa de inversión a largo plazo? En los últimos quince años, el EPU, que cotiza en dólares, ha rendido 8.1 % promedio anual (esto incluye el espectacular 2025). En ese mismo período, el SPY ha tenido un retorno de 14.1 % promedio anual.
Y debo enfatizar que el riesgo Perú es mucho mayor que el riesgo Estados Unidos, y que la liquidez de los valores peruanos es diminuta, comparada con la liquidez del mercado estadounidense. Es decir, quien apostó por acciones peruanas en los últimos años tuvo una rentabilidad inferior a la del SPY, asumiendo mucho más riesgo.

¿Será el 2025 el inicio de un boom en el Perú?
¿Será el 2025 el inicio de un boom en la Bolsa de Valores de Lima (BVL)? Depende fundamentalmente del incremento futuro del precio del oro, el cobre y la plata; de que la inversión privada crezca a tasas atractivas y de que, por tanto, el PBI vuelva a crecer entre 4 % y 6 % al año; de que la inflación se mantenga alrededor de 2 % anual; de que el déficit fiscal no se salga de las manos y de que la relación deuda/PBI no escale en exceso.
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Y al menos el segundo punto —que la inversión privada crezca a tasas atractivas y que, por tanto, el PBI aumente más de 4 % anual— dependerá de la política económica que aplique el gobierno que será elegido en abril-junio de 2026.
Al respecto, escucho con sorpresa que el mercado está muy optimista respecto a la probabilidad de que el pueblo peruano vote mayoritariamente por una plataforma política promercado que brinde confianza y atraiga inversión en estas próximas elecciones. Dado ello, veo mucho más potencial de downside que de upside.
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¿Por qué me sorprende que el mercado prácticamente haya descontado que ganará un partido político promercado? Pues porque yo no soy tan optimista. Dada la historia reciente, en mi opinión, cualquiera puede ganar. Y “cualquiera” incluye a las distintas plataformas políticas populistas y antimercado.
Repasemos que pasó en los últimos procesos electorales
En el Perú, la primera vuelta electoral es la primera semana de abril y la segunda vuelta electoral, la primera semana de junio. Desde 1985, ningún candidato ha ganado en primera vuelta. Y desde 2006, las segundas vueltas han sido muy ajustadas.
En junio de 2006 fue elegido presidente Alan García, quien le ganó a Ollanta Humala. García, que había quebrado al país en el período 1985-1990, no figuraba entre los primeros en las encuestas hechas en diciembre de 2005. Lideraban Ollanta Humala y Lourdes Flores. Sin embargo, en febrero-marzo de 2006, García subió rápidamente y logró quitarle el segundo puesto a la candidata promercado. Ante ello, los inversionistas apostaron por García como el mal menor, dado que Humala tenía el apoyo de Hugo Chávez. El índice general de la BVL (IGBVL) terminó subiendo 69.8 % en los primeros seis meses de 2006, apoyado en la fuerte alza de los precios de los metales.
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En 2011 ganó Ollanta Humala en segunda vuelta frente a Keiko Fujimori, la candidata promercado. Humala, que inició la campaña con un discurso chavista, no lideraba las encuestas en diciembre de 2010. Los líderes eran Castañeda Lossio y Toledo, ambos relativamente promercado. Sin embargo, en febrero-marzo, Humala fue subiendo poco a poco, llegando a la segunda ronda. Luego, para vencer a Keiko Fujimori, moderó su discurso y buscó calmar a los inversionistas tras contar con el apoyo de Mario Vargas Llosa. Tras ganar por un margen muy estrecho, el índice general de la BVL colapsó 12.4 % en un día. En los primeros seis meses de 2011, el IGBVL cayó 19.2 %.
En 2016 ganó Pedro Pablo Kuczynski (PPK). PPK no figuraba entre los primeros lugares a fines de 2015. Keiko Fujimori lideraba con 36 % de intención de voto durante todo el proceso. En la disputa por el segundo lugar, PPK terminó superando a Verónica Mendoza, la candidata antimercado, en primera vuelta y finalmente ganó, nuevamente por un estrecho margen, frente a Fujimori. El índice general de la BVL subió 40.7 % en los primeros seis meses de 2016, nuevamente impulsado por los mayores precios de los metales y por el hecho de que ambos postulantes a la segunda vuelta eran considerados promercado.
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En 2021 ganó Pedro Castillo, quien lideraba un partido marxista-leninista (el presidente de Perú Libre se definía abiertamente así) y era, claramente, un candidato antimercado. A finales de 2020, Castillo no tenía más de 2 % de intención de voto en las encuestas. Era un desconocido. Sin embargo, en marzo comenzó a escalar posiciones y ganó la primera vuelta. Luego, en segunda vuelta, derrotó a Keiko Fujimori por muy pocos votos. El IGBVL bajó 9,5 % durante el primer semestre de 2021, y durante ese año hubo una fuga de capitales de US$ 20 000 millones, por la desconfianza que provocó Castillo en el mercado. Considero que el gobierno de Perú Libre fue el segundo peor gobierno de los últimos 50 años. El peor fue, con diferencia, el gobierno del Apra entre 1985 y 1990.

Por tanto, no entiendo por qué hay tanto optimismo. Hoy las encuestas son lideradas por Rafael López Aliaga y Keiko Fujimori, dos populistas de derecha, relativamente amigables con el mercado, con 10 % y 7 % de intención de voto, respectivamente. Pero ya la historia nos enseña que lo que digan las encuestas en diciembre no es relevante, pues el pueblo peruano decide su voto en febrero, marzo y abril del año electoral. Ninguno de los que ganaron lideraba las encuestas cuatro meses antes de la elección.
Algunos opinan que el hecho de que hayan ganado Milei, Noboa, Kast y Paz influirá mucho en el electorado peruano. Yo creo que no; que, en el mejor de los casos, quizá pueda influir algo en el voto urbano de las grandes ciudades, pero el voto del sur ha sido masivamente, en los últimos años, por las plataformas antimercado.
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Por tanto, en mi opinión, habiendo 36 candidatos, cualquiera puede ganar. Cualquiera. Y, bajo ese análisis, el riesgo de una inversión en acciones peruanas es sumamente alto, especialmente porque el mercado parece haber descontado el triunfo de un partido promercado, y no veo cómo se pueda fundamentar ese optimismo. Podría ser que ocurra, como también que no ocurra.
Así que, estimado lector, no es que quiera ser pinchaglobos en estas fiestas, pero sea cauteloso al momento de tomar una decisión de inversión en acciones peruanas que cotizan en bolsa. El rendimiento 2026-2030 dependerá, en gran parte, del resultado de las elecciones de gobierno y Congreso. Los precios de las acciones no están baratos: cotizan alrededor de sus valores fundamentales, han tenido un rally espectacular este año y, a estos precios, descuentan un triunfo de una plataforma promercado en las elecciones de 2026, que podría sostenerse cinco años en el poder y nos llevaría a un boom económico basado en el crecimiento significativo de la inversión privada.
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¿Dado lo ocurrido en las últimas elecciones y en el ámbito político en los últimos diez años, es razonable pensar que esto último ocurrirá? ¿Veremos finalmente la luz? ¿Habrá estabilidad política? ¿Será el próximo gobierno uno que brinde confianza al mercado y atraiga inversión privada masiva al país?







