Ministro de Economía
Para tomar decisiones de política económica no solo se debe de elaborar un correcto análisis del contexto actual, sino también es muy importante desarrollar proyecciones bajo determinados supuestos de variables económicas relevantes como el tipo de cambio, PBI, tasa de interés, evolución de precios, etc. Y en ello reside la importancia del documento que las contiene, esto es el Marco Macroeconómico Multianual 2023-2026 (MMM), actualizado y presentado recientemente por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El caso es que poca bola le dan a este documento en la discusión profesional y mucho menos en la pública. Explicaré porqué creo que el (MMM) es importante.
La gestión macroeconómica está definida por la política fiscal a cargo del MEF, que trata de los niveles y estructura de los ingresos y gastos fiscales, así como del endeudamiento, teniendo como variable objetivo el nivel de actividad económica. El otro brazo de la política macro es la política monetaria a cargo del Banco Central de Reserva (BCRP), que gestionando la liquidez tiene como objetivo único la estabilidad monetaria. Léase que la inflación efectiva anualizada se encuentre dentro del rango anunciado por el BCRP, siendo la tasa anualizada a julio de 8.71%, considerando que el rango establecido por el ente emisor es entre 3% y 1%, anotándose que el retorno a dicho rango se produciría en el 2024.
Pero volviendo al MMM, este es definido como un documento de gestión en línea con la Ley 27245, Ley de Prudencia y Transparencia Fiscal, elaborado por el MEF. Es una suerte de guía para los distintos agentes económicos a fin de que cuenten con la información actualizada, requerida para la toma de decisiones con menor incertidumbre, cuando menos en lo que al plano fiscal se refiere, al contar con proyecciones sobre variables macroeconómicas fundamentales, esto es PBI, precios, resultado económico, exportaciones, importaciones, etc.
Algunos hechos relevantes. En el contexto externo, a diferencia de hace año y medio atrás, observamos que actualmente se constituye como un factor adverso al crecimiento económico: tasas internacionales al alza, marginal crecimiento de los mercados externos, reinicio de la volatilidad cambiaria, salida de capitales, caída de términos de intercambio, etc.
Por el lado del contexto local, este año, por ejemplo, el Marco Macroeconómico Multianual prevé un crecimiento del PBI de 3.3%, tasa menor al 5% necesario para absorber a los 300,000 jóvenes que anualmente se incorporan al mercado laboral.
Así entonces, la necesidad de incrementar la tasa de crecimiento conlleva a la elaboración e implementación de un Plan de Reactivación Económica, a presentarse en estos días, que comprenda acciones no solo por el lado de la demanda, sino también por el lado de la oferta. Al final se trata de coadyuvar a la generación de confianza en los inversionistas. Se remarca el reto de recuperar el ritmo de ejecución en la inversión pública, con un aumento proyectado de 8.5% a fin de reducir el stock de proyectos ya iniciados, antes de comenzar nuevos proyectos. Ello será un factor clave para avanzar en el cierre –con fecha cierta– de brechas en infraestructura, acceso a servicios públicos como agua, desagüe y electricidad, entre otros. Otra variable reportada en el MMM es el mantenimiento de las finanzas públicas en orden, cuya señal más conocida es el respeto del límite del déficit fiscal, el cual será 2.5% este año y 2.4% en el 2023, alcanzando progresivamente el 1% del PBI en 2026, cumpliendo el actual marco legal.
En términos más pragmáticos alguien se imagina cuán factible sería formular el proyecto de presupuesto, de equilibrio y endeudamiento para el 2023 sin las proyecciones contenidas en el MMM. En suma, el MMM es un importante documento de gestión macroeconómica, algo denso de leer quizás, pero no por eso menos importante para entender cómo va la política fiscal y las proyecciones futuras de esta.