Escribe: Gonzalo Tamayo, socio de Macroconsult.
Hace veinte años se inició la operación comercial del gas de Camisea. Pocas industrias han sido capaces de generar considerables ganancias de eficiencia económica, innovación tecnológica y mejoras ambientales como las que el gas de Camisea ha producido en la matriz energética del país. La profundidad y velocidad del cambio tal vez solo haya sido superada únicamente por industrias tan dinámicas como las telecomunicaciones e internet.
El gas de Camisea ha revolucionado la generación eléctrica en Perú, alcanzando cerca del 50% de participación mediante el cambio tecnológico a centrales de ingreso de ciclos combinados, permitiendo tarifas eléctricas más competitivas en comparación con otros países y una generación más limpia. Si no hubiéramos contado con Camisea, probablemente los usuarios eléctricos hubiéramos tenido que gastar en los últimos veinte años, frente a un escenario contrafactual, cerca de S/ 259 mil millones de soles en valor presente al 2023.
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En el mercado industrial, la sustitución de energéticos como el petróleo residual y el diésel han generado ahorros por más de S/ 89 mil millones de soles. A nivel de los hogares, con un ritmo de penetración probablemente más rápido en los últimos diez años, se ha conectado a cerca de dos millones de usuarios, los cuales han tenido ahorros significativos. En conjunto, todos los usuarios del gas natural de Camisea han logrado un ahorro total estimado en S/ 414 mil millones de soles en valor presente al 2023.
Su aporte al crecimiento económico también ha sido importante, el cual ha representado cerca del 2% del PBI peruano en promedio entre el 2004-2023, explicado por la significativa inversión para desarrollar la cadena de valor del gas y la extracción del recurso. Afortunadamente, el crecimiento económico y un precio relativo del gas natural competitivo frente a otros energéticos impulsaron la demanda, requiriendo continuos procesos de inversión para la expansión en distintos tramos de la cadena del gas. Además, hoy el Perú cuenta con la única planta de exportación de Gas Natural Licuado (LNG) en la costa del Pacífico Sur, inserta en el mercado mundial y que ha permitido el aumento de la producción de Gas Licuado de Petróleo (GLP) cuya demanda continúa creciendo.
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Camisea también ha tenido un impacto significativo en la balanza comercial durante estos 20 años, mediante exportaciones y sustitución de importaciones de combustibles alternativos con precios más altos en un escenario contra fáctico.
Otra área significativa de contribución tiene que ver con el aporte fiscal de Camisea. Además de una regalía relativamente alta del 37.24% del valor en boca de pozo, la industria también genera recursos fiscales a través de diversos tributos, que, según la legislación vigente, han contribuido significativamente a financiar inversiones públicas.
En los últimos veinte años, el Consorcio Camisea, cuyo operador es Pluspetrol, ha aportado al fisco con un total de más de 60 mil millones de soles en concepto de regalías e impuesto a la renta. Este aporte ha posibilitado transferencias por 30 mil millones de soles en canon a los gobiernos locales y regionales. Adicionalmente, los gobiernos subnacionales a lo largo de la traza del gaseoducto han recibido transferencias mediante el Fondo de Desarrollo Socioeconómico de Camisea (FOCAM), las cuales han ascendido a 6 mil millones de soles.
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Por otro lado, el Consorcio Camisea ha realizado un aporte significativo en el desarrollo de una masa laboral especializada en gas natural, que era inexistente en el país. Por cada empleo directo del “upstream”, se han generado ocho empleos indirectos e inducidos, manteniendo alrededor de 20 mil empleos anuales.
La trascendencia de Camisea también se desprende del rol que ha tenido en el adelanto del proceso de transición energética, evitando el mayor consumo de diésel y carbón en nuestra generación eléctrica y posteriormente a través de la sustitución de otros derivados de petróleo en la industria automotor. Sintomáticamente, el Metropolitano fue en su momento un sistema de transporte masivo pionero en el uso del GNV como combustible.
En términos ambientales, Camisea ha jugado un papel crucial en la transición energética del país. Según cálculos de Libélula, ha permitido la reducción de emisiones de CO2 en un 15% entre 2005 y 2023, equivalente al carbono contenido en 36 millones de árboles. Esta reducción ha contribuido significativamente a los compromisos ambientales internacionales del Perú en materia de cambio climático.
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Además, el contrato de Camisea ha contribuido significativamente a la estabilidad de precios del gas natural en el país. Mientras que hace unos años el precio del GN se disparaba en el mundo como consecuencia de la invasión de Ucrania por Rusia, en el Perú esto no ocurrió gracias a las características hibridas, que desvincula su precio de los principales marcadores internacionales.
Camisea fue descubierta en los años 80 y tomó más de veinte años en convertirse en realidad. Ello coincidió con una clara orientación gubernamental para que la industria sea desarrollada por el sector privado. En el futuro, se espera que el gas de Camisea continúe siendo crucial para el crecimiento económico y energético del Perú, consolidándose como una fuente clave de energía limpia y asequible, y reforzando el compromiso del país con el desarrollo sostenible y la reducción de emisiones de carbono.
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