En la mayoría de empresas los elementos clave que les permiten ser competitivos y diferenciales están basados en la conjunción de la estrategia, las personas, los procesos y la tecnología. En el mundo de las startups, la tecnología es aún más relevante y el concepto de “stack tecnológico” es un pilar fundamental. Este término se refiere al conjunto de tecnologías que una empresa utiliza para construir y ejecutar sus aplicaciones y servicios.
Existen dos tipos de alcance para el término. Una de ellas puede referirse exclusivamente a la combinación de lenguajes de programación, herramientas, frameworks y bases de datos que una startup elige para llevar a cabo su plataforma o aplicación. Un ejemplo son los acrónimos MEAN que hacen referencia al uso de MongoDB (como base de datos), Express.js (como framework de aplicación y backend), Angular (como marco de front-end) y Node.js (como sistema de ejecución).
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Sin embargo, la definición más amplia, la que me interesa compartirles, es el conjunto de soluciones tecnológicas que facilitan todas las operaciones de una startup. Esto puede incluir sistemas de gestión de relaciones con clientes (CRM), herramientas de marketing digital, plataformas de análisis de datos, software de gestión de proyectos, herramientas de comunicación, y más.
Un stack tecnológico bien estructurado es esencial para una startup por varias razones. Genera eficiencia operativa y financiera porque permite automatizar y optimizar procesos, reduciendo el tiempo y los recursos necesarios para realizar tareas cotidianas. Mejora la toma de decisiones porque integra las herramientas analíticas y de datos y proporciona insights valiosos para la toma de decisiones estratégicas. También mejora la colaboración y comunicación optimizando el flujo de trabajo y la sinergia entre equipos. Finalmente, todo se traduce en una mejor contacto y experiencia del cliente.
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Comparto algunas categorías con algunas aplicaciones que he usado personalmente en mis startups.
Productividad y colaboración. Es la categoría más básica e importante, y el primer paso es contar con una herramienta generalizada que cubra necesidades básicas como correo electrónico corporativo, videoconferencias, chat, almacenamiento en la nube, etcétera. Google Workspace y Microsoft 365 son ejemplos claros que abarcan no solo esta categoría sino muchas otras. Si se requieren herramientas más específicas para necesidades más particulares, Slack es una buena solución para la comunicación y productividad interna, Notion, Monday, Airtable o Asana para la gestión de proyectos y conocimiento colaborativo, Miro o Mural para tener un lienzo de trabajo colaborativo a distancia, ChatGPT para un sinfín de usos.
Analítica y toma de decisiones. Es otra categoría clave, y engloba desde la capacidad de recopilar datos hasta la visualización para la toma de decisiones. Google, Microsoft y Amazon son los mejores ejemplos y todas tienen herramientas que abarcan desde almacenamiento y repositorio de datos (Bigquery de Google o Snowflake de Amazon), hasta el modelamiento y su visualización (PowerBI de Microsoft o LookerStudio de Google). Existen también otras herramientas más específicas. Zapier o Make para automatizar acciones entre cientos de aplicaciones, Firebase o Supabase para alojar datos para aplicaciones móviles, Google Analytics o Mixpanel para capturar y analizar datos de tus productos digitales, entre otras.
Web y aplicaciones móviles. Toda startup requiere desarrollar su producto digital o contar con algún canal digital para interactuar con sus usuarios y/o vender sus productos. Si eres un e-commerce, existen herramientas como Shopify, Wix o Woo Commerce. Para crear una página Web o blog existen alternativas como Wordpress, Webflow o Squarespace. Para crear una aplicación móvil con poco conocimiento técnico Adalo o Flutterflow.
Experiencia del cliente. Esta categoría puede abarcar aplicaciones diversas para marketing, ventas y gestión del cliente. Hubspot, Salesforce o Zendesk son ejemplos de las aplicaciones más generalistas y las que pueden abarcar casi todo el espectro. Sin embargo, existen alternativas más puntuales como Crisp o Intercom para chats, Pipedrive para gestión de leads, y Mailchimp o Klaviyo para envío de e-mails.
La elección de un stack tecnológico puede ser interminable y hasta confusa, pero lo más importante es saber que la oferta es muy amplia, que la necesidad de contar con ellas es indispensable y que no hay que dejar de seguir explorando nuevas alternativas siempre. Un buen stack tecnológico puede convertirse en una ventaja diferencial y asegurar el éxito de tu emprendimiento.