Country Manager para el Clúster Andino de Pfizer
Hace más de dos años que la pandemia del COVID-19 tocó las puertas de todos los hogares, obligando a cambiar nuestro estilo de vida y generando una gran crisis en la salud mundial. El Perú sufrió el golpe en forma muy intensa, posicionándose como uno de los países con mayor tasa de mortalidad por COVID-19 según Statista.
En el Perú los indicadores ya mejoran gracias al trabajo colaborativo entre el gobierno, empresas privadas, y aliados del sector salud de todo el mundo. Sin duda, la vacunación preventiva a diversos grupos etarios, y un continuo trabajo por incluir tendencias médicas para la atención del COVID-19 han sido un pilar fundamental para combatir la pandemia.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos - OCDE señala que la pandemia del COVID-19 ha transformado la forma de pensar sobre nuestras economías y sociedades, un acierto a gran escala, puesto que no solo revolucionó el mundo a nivel macro sino también nuestra vida cotidiana; nuestra forma de interactuar, nuestras costumbres y hasta nuestra forma de desempeñarnos laboralmente. A nivel mundial, una salud deficiente le cuesta a la economía mundial: 43 días perdidos, por persona, debido a mala salud y muerte prematura, y 5% de pérdida de productividad, por trabajador, con condiciones crónicas. Una mejora de la salud de la población, a través de tratamientos y cuidados de salud preventivos, podría sumar US$ 12 trillones al producto bruto interno en el 2040, según McKinsey Global Institute.
Estos años también generaron grandes avances en la ciencia, que llegaron a suplir o dar soluciones a las problemáticas que trajo la pandemia. Esta rama se encuentra en su mejor momento, ya que la coyuntura ha hecho visible su gran desempeño y la necesidad de fomentar un mayor desarrollo académico. Por ejemplo, durante la pandemia la tecnología para el desarrollo de antivirales contribuyó a optimizar el proceso de manejo de la pandemia, y desde Pfizer, desarrollamos Paxlovid, medicamento de emergencia aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos, para tratar la COVID-19 y así reducir el riesgo de hospitalización y muerte.
El arduo trabajo y preocupación de este sector por darle solución a la crisis de la salud, tuvo como resultado la obtención de vacunas en tiempo récord y el desarrollo de tratamientos orales para hacer frente a la pandemia del Sars-Cov-2. Es preciso decir que la investigación, el desarrollo de fármacos innovadores y las vacunas basadas en ARN mensajero, han llegado a revolucionar este campo.
A este gran avance se suman las acciones por generar acuerdos que aseguren el acceso a medicamentos vitales en los países de ingreso mediano y bajo. Claro ejemplo de ello es el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 – COVAX impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el acuerdo de licencia voluntaria para facilitar la producción y distribución de antiviral oral para el tratamiento de COVID-19, firmado con la Medicines Patent Pool (MPP).
Desde el sector privado continuaremos trabajando activamente con los gobiernos y aliados en el área de la salud de todo el mundo para lograr el acceso justo y equitativo a tratamientos y medicamentos que tanto se necesitan.
El COVID-19 nos dejó esa lección, hoy confiamos en la ciencia en salud y su desarrollo demostrando que su aporte al desarrollo de la sociedad es transversal. Hoy el mundo se recupera y las vacunas son un pilar fundamental en esa recuperación.