Grietas en el hielo

Política. Este diario no solo ha reconocido desde un inicio la legitimidad política de origen del Gobierno de Dina Boluarte, sino que hemos además criticado firmemente la irresponsabilidad de los políticos que han tratado de vender otra versión de los hechos (ver Editoriales del 30/01/2023, del 1/03/2023 y del 7/03/2023).

Como vicepresidenta en funciones cuando se declaró la vacancia de Pedro Castillo, lo que a su vez fue consecuencia del golpe de Estado que este último intentó dar, no cabe duda de que era Boluarte quien debía asumir el Ejecutivo. Esa es la regla en nuestra Constitución (artículo 115).

Dicho esto, luego de ese momento, el Gobierno de Boluarte ha cometido una serie de errores que, más bien, han debilitado esa legitimidad.

Ya no por cómo llegó Boluarte al poder, sino por cómo lo ha ejercido desde que lo asumió. Primero, pretendiendo quedarse hasta el 2026 en su primer discurso, cuando era evidente por las circunstancias que un adelanto de elecciones generales era la mejor vía posible para eventualmente recuperar la estabilidad política y económica.

Luego, por la forma como se enfrentaron las protestas y la falta de claridad y asunción de responsabilidades sobre por qué estas derivaron en tantos muertos y heridos.

Y desde hace poco, a este escenario ya debilitado se le han sumado las acusaciones de la profesora Maritza Sánchez y del exasesor de Castillo, Henry Shimabukuro, sobre un supuesto financiamiento ilegal a la campaña de Perú Libre que también habría beneficiado a Boluarte.

Como se recuerda, acusaciones sobre aportes ilegales de campaña ya han derivado antes en el declive de varios políticos. Tanto así que, desde el 2019, estos son considerados delito.

Hasta el momento, la situación de Boluarte solo se ha complicado más desde que surgieron estas acusaciones, ya que su defensa inicial implicó intentar desvincularse de la campaña de Perú Libre, dando a entender que ella no se benefició con los aportes prohibidos.

Pero Shimabukuro ha presentado luego evidencia en contrario, como vouchers por pasajes de avión a nombre de Boluarte. Ante ello, la presidenta aún no ha logrado ofrecer explicaciones claras. Y de hecho, la Fiscalía ya la ha incluido en sus pesquisas.

Si Boluarte no logra pronto aclarar con solvencia estas acusaciones, el hielo bajo sus pies continuará agrietándose. Y si a eso le suma faltar a la verdad ante el país para intentar excusarse –como alguna vez hizo PPK–, su eventual caída podría llegar incluso más pronto de lo pensado.

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