GOBIERNO DE TRUMP. En su primer día como presidente de Estados Unidos, el 20 de enero del 2021, Joe Biden, promulgó nueve decretos ejecutivos (“executive orders”), y 22 en su primera semana. Fue un récord histórico que Donald Trump holgadamente batió el lunes, tras su investidura: 26, y se espera que pronto superen las 100. Estas normas tienen efecto sobre el Gobierno federal y suelen ser usadas por los presidentes para avanzar legislación que podría enfrentar dificultades en el Congreso, marcar el rumbo de su gestión o cumplir promesas de campaña. Sin embargo, pueden ser dejadas sin efecto por el Poder Judicial si considera que no están adecuadas a la Constitución.
Las promulgadas por Trump reflejan sus prioridades políticas –poner coto a la inmigración, revertir medidas medioambientales e impulsar el aislacionismo del país–. Por ejemplo, declaró en emergencia y “selló” la frontera con México, eliminó subsidios a la producción de vehículos eléctricos y retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático (también lo hizo el 2017, pero Biden revirtió la orden el 2021) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). También otorgó un plazo de 75 días para que TikTok, de propiedad china, sea vendida. Trascendió que un interesado es Elon Musk, quien estará al frente de una nueva agencia federal destinada a reducir costos gubernamentales.
Hay decretos ejecutivos que han generado controversia. Fiscales generales de 22 estados han recurrido a juzgados federales para bloquear la eliminación del derecho de ciudadanía por nacimiento (para hijos de inmigrantes). Se espera que más estados se sumen. Y el indulto a unas 1,500 personas que participaron en el ataque al Capitolio, el 6 de enero del 2021, ha sido criticado, lo mismo que la reversión de medidas de inclusión, diversidad y derechos LGBT+ promulgadas por Biden.
LEA TAMBIÉN: Victoria de Trump pone uno de los escenarios más inciertos desde Segunda Guerra Mundial
En suma, Trump ha regresado a la Casa Blanca recargado y dispuesto a cumplir sus promesas de campaña, por más descabelladas que sean, afecten el medio ambiente y vulneren derechos civiles. Si su primer Gobierno fue desconcertante, habrá que prepararse para uno caótico. Y al parecer, no quiere nada con América Latina. “No los necesitamos”, declaró el lunes. De hecho, reclama que Panamá le devuelva el canal –el Perú es el sétimo usuario, por volumen de carga– y amenaza con castigar con elevados aranceles a países de la región que produzcan y exporten usando capitales chinos. La mira está puesta en México, pero el flamante puerto de Chancay ya está generando comezón en algunos de sus asesores. ¿Nos incluirán en la lista negra?
LEA TAMBIÉN: Economía del Perú crecería 2.8% en 2025, pero queda expectante por EE.UU. y China
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.
