MMM. Lo primero que salta a la vista del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) para el periodo 2024-2027, publicado esta semana, es que el MEF revisó a la baja más de una vez su proyección del crecimiento del PBI para este año. Del 2.5% que pronosticó a fines de abril, comenzó a disminuirlo a principios de agosto: 1.5% según declaraciones a la prensa de su titular, Álex Contreras, y luego a 1.3%, en el MMM preliminar que envió al Consejo Fiscal (CF) para recibir comentarios. En vista de que este colegiado consideró que esa tasa era “demasiado optimista”, el MEF recapacitó y decidió acercarse más a la realidad con una proyección de 1.1% en la versión final de su informe.
También llama la atención el que haya escuchado al CF, algo que no siempre ha ocurrido en anteriores gestiones del MEF. El MMM también revisó a la baja su cálculo del crecimiento del PBI para el próximo año (de 3.4% a 3.0%). Al respecto, el CF advierte que, para alcanzar ese pronóstico, “se requiere tomar medidas que generen un cambio notorio en las expectativas” a fin de que la inversión y el consumo privado se recuperen. Es que, hasta ahora, el Gobierno peruano no emite señales claras que ayuden a revertir el estado de ánimo de inversionistas y familias, pues si bien la gestión de Dina Boluarte ha marcado distancia frente a la hostilidad hacia la libre empresa de su antecesor, en sus primeros seis meses, casi todos sus ministros se dedicaron a diagnosticar lo que habían encontrado, pero no ofrecieron soluciones de corto y mediano plazo.
Solo el MEF intentó mejorar la deteriorada confianza, aunque con proyecciones tan optimistas que se acercaban a la ficción (es decir, poco creíbles) y con su millonario programa “Con Punche Perú”, esperanzado en que solamente el gasto y la inversión públicos serían suficientes para reactivar la economía, no ha logrado su cometido. En ese sentido, el CF subraya riesgos adicionales a los ya conocidos que serían un obstáculo para levantar las expectativas. Por ejemplo, la controversia originada por la Municipalidad de Lima con la concesionaria Rutas de Lima, que genera “un mal precedente en el clima de inversión y la estabilidad jurídica”, y el eterno lastre que es Petroperú, cuya situación financiera “sigue siendo preocupante”.
En suma, habría que tomar con cautela la revisión que el MEF ha hecho sobre sus proyecciones, pues aún se desconoce qué impacto tendrá El Niño global en el 2024 y si la tensa calma social se mantendrá. Y ni qué decir del escenario externo, en particular con la desaceleración de la economía china.