Al igual que en junio, la inflación de octubre fue negativa, lo que significa que en lugar de aumentar, el índice de precios al consumidor (IPC) disminuyó. El INEI mide el comportamiento de los precios en 26 ciudades, incluida Lima Metropolitana, a la que además le dedica un informe separado, cuyos resultados son considerados como “oficiales” para toda la economía peruana por el MEF y el BCR –no se toman la molestia de explicar por qué–.
La desinflación del mes pasado se explica, tanto a nivel nacional como en Lima, por la reducción de los precios de alimentos de primera necesidad. Es el caso de las frutas, incluido el no tan vital pero esencial limón, además de lácteos, aceite, pollo, gallina y huevos, y hasta especias. Entre las excepciones figuraron pescados y mariscos. Lo paradójico es que se encarecieron, ligeramente, platos emblemáticos de la culinaria nacional (arroz chaufa, lomo saltado, pollo a la brasa y cebiche), así como la comida rápida, sánguches y menús. El INEI es así de detallista, aunque no precisa si ese abaratamiento responde a que las familias han ajustado sus gastos, porque sus ingresos han disminuido a consecuencia de la recesión.
Es que la teoría señala que los precios tienden a caer cuando la demanda se debilita. Si ese fue el caso con la inflación de octubre, sería una primera señal de que el consumo seguía deprimido y que la economía continuaba sin reactivarse, contrariando así las nuevas promesas del MEF. O quizás los precios de los alimentos se contrajeron porque el exceso de oferta se debió a una normalización climática pues el INEI no reporta la ocurrencia de lluvias, sequías ni temperaturas extremas en las zonas productoras. Sin embargo, hay que advertir que tal normalización será temporal porque es muy probable que el venidero Niño global vuelva a causar estragos en el sector agropecuario. Y la inflación podría volver a elevarse. Tampoco se puede descartar una nueva ola de protestas que resulte en bloqueo de carreteras y, por ende, desabastecimiento.
Pero por lo pronto, los datos de octubre, en especial de la inflación anualizada (4.52% a nivel nacional y 4.34% en Lima) podrían animar al BCR a bajar su tasa de interés por tercer mes consecutivo, pues ahora parece más necesario reducir el costo del crédito para impulsar el consumo de empresas y familias, que proseguir con el anclaje de las expectativas inflacionarias, pues estas continuaron acercándose al rango meta (inflación entre 1% y 3%). El directorio del BCR tomará una decisión al respecto el próximo jueves.