Luego de una larga historia de ineficiencia y de recientes rescates financieros y medias verdades (como el nivel de operación de la refinería de Talara), finalmente se han dado unos cuantos pasos hacia una reforma de la empresa estatal Petroperú. Tanto el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, como el de Energía y Minas, Rómulo Mucho, tienen claro que requieren acciones concretas en cuanto a la gobernanza de la petrolera y la pesada planilla que esta tiene.
Ayer renunciaron el presidente de Petroperú, Pedro Chira, y otros dos directores. Al mismo tiempo, la empresa anunció la conformación de un nuevo directorio en el que, según indicó Arista, participarán David Tuesta, Carlos Linares y Germán Boza como representantes del MEF y Oliver Stark por el Minem. Aunque transitorio (la selección de los directores definitivos se ha encargado al Fonafe), este equipo marca un cambio de rumbo en el sentido correcto.
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Otra noticia relativamente positiva ha sido el anuncio del ministro Mucho sobre el Lote X, que genera el 70% de la producción petrolera del noroeste del país. Cabe recordar que, pese a que había interés de empresas privadas para operar ese yacimiento, se supo que existía la posibilidad de que pase a manos de Petroperú. Ello ya no ocurriría... al menos no del todo.
El titular del Minem ha dicho que se realizará un concurso internacional para la operación del lote, pero que el privado irá con Petroperú en una proporción de 60% y 40%, respectivamente (esto ha sido ratificado por Perupetro). Lo justifica refiriéndose a los “momentos difíciles que pasa la empresa”. Pese a que no es una situación ideal, con ello podrían garantizarse inversiones en el referido lote, las que habrían sido nulas de haber estado Petroperú a cargo en su totalidad.
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Tal vez el desafío más grande que enfrentará la reforma de Petroperú tiene que ver con la reducción de se planilla. El titular del Minem ha señalado que en la actualidad la empresa petrolera tiene unos 2,900 trabajadores. ¿Cuántos de estos son fundamentales para que la compañía estatal pueda funcionar? Es una pregunta que tendrá que resolver el nuevo directorio. Una vez determinada, se tendrá que implementar, como se ha adelantado, un potente programa de “retiro voluntario”. Hay mucho trabajo por hacer. Y difícilmente el sindicato de la empresa será un espectador pasivo ante los cambios. Se requerirá mano firme para no perder la oportunidad.
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