octógonos
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OCTÓGONOS. Hace poco más de un mes, y después de seis años de haberse aprobado la llamada ley de alimentación saludable (aunque solo regula los alimentos procesados), finalmente las empresas tuvieron que hacer evidente la información sobre el contenido de sus productos respecto a los niveles de azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans a través de octógonos visibles en su empaque.

No ha sido fácil lograr la aplicación de la ley, pero las empresas tuvieron un año para adecuarse y la norma prevé plazos más amplios para algunos casos especiales. A pesar de las críticas de todos los sectores (algunos exigiendo mayor severidad y otros considerando que se sataniza a la industria formal), lo cierto es que un año después el número de personas que se informa a detalle de los componentes nutricionales de los productos que adquiere va en aumento y se reduce la cifra de quienes no lo hacen. Así lo evidenció la última encuesta de Pulso Perú, donde el porcentaje de quienes se informan a detalle ha pasado de 28% a 38%.

Otro punto a favor de los octógonos ha sido que, en apenas un mes, un 66% sostiene que ha revisado la información de los mismos mientras que un 64% cree que consumirá menos los productos con dichas advertencias.

Aunque la regulación no es perfecta y seguramente necesitará de ajustes a futuro, sí permite que los consumidores tengan acceso de manera más simple a la información sobre el contenido del producto. Además, lo que de verdad interesa es que cada compañía asuma el reto de reducir el nivel actual de azúcar, grasa y sal de sus contenidos y una empresa de snack peruano ya lo logró brindando un producto libre de sellos.

Sin duda, es iluso creer que con estos octógonos basta para asegurar una alimentación saludable. Queda un largo camino por recorrer para lograr que los peruanos, y sobre todo las nuevas generaciones, adquieran buenos hábitos que permitan reducir los altos niveles de anemia, desnutrición, obesidad y diabetes que existen en el país. Ahora le toca al Gobierno abordar el problema sanitario de la comida ambulatoria y la no procesada, además de fomentar el consumo de productos más sanos como las frutas y las verduras, que impacten positivamente en la salud de las personas.