Editorial de Gestión. “Lo principal será dejar de ahuyentar la inversión. Recuperar la confianza perdida no ocurrirá de la noche a la mañana”. (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. “Lo principal será dejar de ahuyentar la inversión. Recuperar la confianza perdida no ocurrirá de la noche a la mañana”. (Foto: GEC)

CONFIANZA. Aunque la inestabilidad política continuará mientras en el Congreso no se entienda que ya no es posible quedarse hasta el 2026, en el Gobierno se tiene que comenzar a pensar en cómo sacar a la economía del atolladero en que la metió la pésima gestión de Pedro Castillo. Ello no se debió a una mala labor del MEF, sino a que quienes lideraron ese ministerio estuvieron solos, políticamente hablando, rodeados de titulares en carteras relacionadas con la economía que no sabían, no tenían interés o, peor que eso, actuaban en contra de la iniciativa privada. Así que el MEF es el respaldo de esos ministerios (y ministros) y, por supuesto, de la presidenta Dina Boluarte.

Eso será relevante para que el MEF pueda enfrentar los embates populistas del Congreso. La coordinación para evitar más leyes dadivosas será bastante delicada porque el Ejecutivo necesita que el Legislativo apruebe un conjunto de normas para que el plan Impulso Perú comience a surtir efecto. Aunque el nuevo titular del MEF, Álex Contreras, es visto como técnico, tiene considerable experiencia en el sector público –y estuvo más de un año como viceministro de Economía–.

En nuestro editorial del viernes alertábamos de que ya es momento de enmendar los errores y comenzar a crecer. En el periodo de doce meses que terminó en octubre, el PBI nacional creció 2.81%, tasa que está por debajo de las proyecciones oficiales para este año y se acerca a las calculadas por analistas y bancos (locales y foráneos). Esa tasa anual alcanzó su pico en febrero (14.42%) y comenzó a reducirse a partir de marzo, lo cual refleja la desaceleración de la economía peruana. Un crecimiento bajo afecta la recaudación tributaria y la generación de empleo de calidad.

En este contexto, lo principal será dejar de ahuyentar a la inversión. Con que la mandataria y sus ministros no se hagan eco de los mensajes que emitían sus predecesores, se habrá avanzado bastante. Recuperar la confianza perdida no ocurrirá de la noche a la mañana, pero es preciso entender que el país no se puede dar el lujo de seguir perdiendo capitales de largo plazo, como acaba de ocurrir con Enel, que se irá del Perú, porque “no hay mucho más que hacer” aquí, pero que invertirá US$ 1,700 millones en Chile (en energía renovable).

La crisis política ya provocó que dos agencias calificadoras rebajen de “estable” a “negativa” la perspectiva crediticia del país –Fitch lo hizo en octubre y S&P la semana pasada–. En tanto, Moody’s ha optado por esperar hasta enero para retomar la evaluación (ver edición de hoy). La calificadora puede esperar, pero el país, ya no.