Editorial de Gestión. La ruta de trabajo que presente Otárola será importante también para que el riesgo que perciben los inversionistas vaya cediendo. (Foto: PCM)
Editorial de Gestión. La ruta de trabajo que presente Otárola será importante también para que el riesgo que perciben los inversionistas vaya cediendo. (Foto: PCM)

VOTO DE INVESTIDURA. El premier acudirá al junto al gabinete, el martes 10 de enero para exponer su plan de trabajo y solicitar el respectivo voto de confianza. Está claro que su presencia en el Pleno no puede ser una presentación de buenos deseos e intenciones, el país –y los peruanos– requieren de claridad y acciones concretas.

Por el momento parece que el titular de la PCM lo sabe. Así, ha adelantado que su mensaje ante los parlamentarios estará centrado en tres ejes: Educación, Lucha contra la corrupción y Destrabe de proyectos de inversión, además de generar confianza en los actores económicos. Un listado adecuado que, sin embargo, requiere ser aterrizado en propuestas concretas que puedan ser aplicadas en el corto plazo.

No es la primera vez que un premier ofrece destrabar proyectos de inversión, pero la realidad es que no pasa de ser una mera declaración que no genera efectos concretos y con ello año a año las grandes obras que se necesitan para cerrar las diversas brechas existentes duermen el sueño de los justos. Una muestra clara de ello es que la entidad que era la encargada de llevar adelante estos proyectos–Proinversión–ha perdido varias de las facultades para hacer un trabajo eficiente.

La ruta de trabajo que presente Otárola será importante también para que el riesgo que perciben los inversionistas vaya cediendo (Gestión 29.12.2002). La confianza del sector privado es importante para que el Ejecutivo pueda llevar adelante varios de sus proyectos, ya sea de manera directa o gracias a los ingresos por impuestos, pero conquistarla será difícil teniendo en cuenta que el 2023 será un año preelectoral y que la paz social aún no está consolidada.

Si bien el gabinete parece contar con un pequeño espacio a favor para conseguir el voto de investidura, el premier debe ser consciente de la fragilidad de ese apoyo y centrar su labor en mantener la institucionalidad y llevar adelante acciones concretas que muestren resultados en corto tiempo. Quizás por ello resulta positivo que infraestructura en educación y alimentación adecuada para los estudiantes sea una de sus líneas de trabajo. Y aunque importante para el país, la lucha contra la corrupción no debería ser usada como bandera, ya demasiados gobiernos la ofrecieron y no cumplieron por lo que ha perdido credibilidad.

Los proyectos legislativos con los que llegue el premier el 10 de enero deberían ser conversados con antelación para asegurar una rápida aprobación que permita ser ejecutados a la brevedad, el Perú lo necesita.