El BCR publicó su Reporte de Inflación (RI) de septiembre –es un documento de periodicidad trimestral– en el que mantuvo su proyección de crecimiento del PBI para este año y el próximo: 3.1% y 3%, respectivamente. El cálculo que sí varió fue el de déficit fiscal, que pasó de 2.8% del PBI en el RI de junio a 3.3% del PBI, lo que significa que la entidad no espera que se cumpla la meta fijada por el MEF (2.8% del PBI). Sirve de poco consuelo que el año cerrará, según el BCR, con un déficit fiscal inferior al 4% del PBI que se registró entre mayo y agosto.
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¿Qué ha causado ese peligroso desequilibrio fiscal? El RI explica que el factor principal es la reducción de los ingresos corrientes, sobre todo por la menor recaudación del Impuesto a la Renta. También figuran como lastre las medidas dictadas por el Congreso para elevar el gasto público corriente (0.3% del PBI) y el déficit primario de Petroperú (0.2% del PBI), es decir, las pérdidas récord que ha venido registrando esta empresa estatal no han podido ser compensadas por sus estancados ingresos.
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Otro factor, positivo en este caso, es el fuerte incremento de la inversión pública, aunque habría que hacer una observación al respecto. Es que no todo gasto registrado como inversión pública (formación bruta de capital) es productivo o fiscalmente eficiente. Es el caso de la capitalización de deudas de Petroperú por US$ 750 millones, dispuesto por el Decreto de Urgencia 013-2024, publicado el 13 de septiembre. Esa “inversión” no está destinada a mejorar su calidad operacional ni su activo fijo con miras al largo plazo, sino que es un nuevo salvataje de muy corto plazo, porque ni siquiera tenía liquidez.
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Además, se incluyó una asunción de deudas por US$ 800 millones (ahora es una deuda del MEF) y el otorgamiento de una garantía del Gobierno por US$ 1,000 millones para un préstamo que debe otorgar el Banco de la Nación. Estos dos montos no son considerados como desembolsos (o aportes de capital), pero sí acarrearán serias consecuencias si no se cumple la condición primordial del rescate: reestructurar Petroperú, como insistió su anterior directorio, que renunció porque el Gobierno no prestaba atención a su propuesta.
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El BCR tiene mejores perspectivas para el 2025. Espera que se inicie la consolidación fiscal, pues calcula mayores ingresos fiscales por la recuperación de la economía y precios más altos de minerales. Pero también incluye supuestos que más parecen buenos deseos como un manejo cauteloso de la política tributaria y del gasto público, y una mejor gestión de Petroperú.