Deforestación. Según la plataforma de información Global Forest Watch (GFW), entre el 2002 y el 2021, el Perú perdió 2.31 millones de hectáreas (ha) de bosque primario húmedo –superficie superior a la del departamento de Ica–. Sin embargo, la deforestación no ha ocurrido únicamente en nuestra Amazonía, pues entre el 2001 y el 2021, se perdieron 3.62 millones de ha de cobertura arbórea en todo el territorio nacional. De acuerdo con el Ministerio del Ambiente (Minam), la disminución de áreas boscosas en el país se debe a factores como la agricultura migratoria, la tala ilegal, la minería ilegal y el narcotráfico.
Este problema se ha ido agravando con los años, debido a las presiones demográficas, la escasez de tierras cultivables y la ineficacia del Estado para combatir las mencionadas actividades ilegales. Pero a diferencia de otras ocasiones en que se habla de la deforestación –y no se hace nada más–, en estos momentos se ha convertido en una urgencia debido a las nuevas exigencias de la Unión Europea (UE) para la comercialización en su territorio de productos como café, cacao, aceite de palma y maderas, que son parte relevante de las exportaciones peruanas a dicho mercado (Gestión 05/06/2023).
Las empresas ya trabajan para adaptarse a las nuevas reglas, que entrarán en vigor a fines del 2024 (mediados del 2025 para las pymes). En artículo publicado en la edición digital de Gestión el 2 de junio, el embajador de la UE en el Perú, Gaspar Frontini, señaló que la mayor parte de la producción agrícola del país está libre de deforestación, lo cual es una oportunidad para la producción sostenible. Esa es la buena noticia. La mala es que la nueva normativa categorizará a los países según criterios como lucha contra la deforestación y respeto de los derechos de los pueblos indígenas.
Entre el 2000 y el 2021, según GFW, se sumaron 430,000 ha de bosque, pero se perdió casi el triple (1.19 millones de ha). Para cambiar esa tendencia, hace falta decisión política. Están disponibles diagnósticos y planes de reforestación, también hay cooperación internacional –y créditos ya otorgados–. Sin embargo, no existe una adecuada ejecución del reducido presupuesto para conservación de bosques (S/ 13.1 millones el 2021), aparte que la tarea se dificulta porque dos ministerios (Minam y Midagri) tienen agencias encargadas de asuntos forestales. Combatir el narcotráfico y la minería ilegal tomará tiempo, pero la ampliación de la frontera agrícola, para evitar la quema de bosques, podría concretarse mucho antes, si se destraban proyectos de irrigación en la costa.
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