Consultora de Marsh Perú
La adquisición de un vehículo, sea para uso personal o para fines comerciales, conllevan a reflexionar sobre diversos aspectos de gran importancia. Por un lado, es necesario considerar que el manejo de un vehículo puede dañar a otras personas, así como afectar una propiedad (pública o privada) en caso de siniestro.
De acuerdo a los últimos datos de la PNP, si bien durante el año pasado, debido a la cuarentena y a las restricciones que se impusieron por la pandemia del coronavirus, los accidentes de tránsito disminuyeron en un 30% en relación al mismo período del 2019, la causa principal de este tipo de siniestros sigue siendo la imprudencia temeraria de los conductores, principalmente por el uso simultáneo del celular, y la fatiga.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta la inversión realizada para la adquisición del vehículo y el daño que puede sufrir a consecuencia de un accidente de tránsito o robo. Según los últimos registros de la PNP de octubre 2020, se registraban el robo de 20 vehículos a diario en la capital.
“Para cubrir los daños personales en caso suceda un accidente de tránsito en una vía pública, se conoce que el primer seguro que se activa es el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito – SOAT que, a pesar de su obligatoriedad, tiene una penetración que bordea el 73%. Asimismo, también se puede activar un seguro vehicular, el cual tiene una diversidad de coberturas de acuerdo al tipo de seguro que se contrate como responsabilidad civil, robo o pérdida total, o contra todo riesgo.”, indicó Luis Alfaro, gerente de Placement – Seguros Vehiculares de Marsh Perú.
Ahora bien, existe siempre la gran disyuntiva sobre qué seguro vehicular contratar, puesto que hay diversos aspectos del vehículo que se deben analizar para elegir el producto más conveniente como la marca y el modelo del vehículo, antigüedad, valor comercial y uso del mismo.
“Por ejemplo, un camión con 30 años de antigüedad, valorizado en US$ 5,000 que es utilizado para transportar carga y circula sólo en el departamento de Ancash entre Chimbote y Huaraz; tiene una necesidad de cobertura distinta a un vehículo sedán de gama comercial, con 10 años de antigüedad (es decir, fuera del periodo de garantía), valorizado en US$ 5,500, de uso particular, que suele ser cuadrado en la calle y no en estacionamientos privados o con vigilancia, con un recorrido anual promedio a 4,000 kms. Este a su vez es distinto también al de un vehículo hatchback de alta gama, con 3 años de antigüedad (dentro del periodo de garantía), valorizado en US$ 25,000, de uso particular, que suele ser estacionado en un establecimiento privado o con vigilancia y con un recorrido promedio de 12,000kms”, agregó Alfaro.
Sin considerar mayor detalle y sólo para continuar con el ejemplo; En el primer caso la recomendación es que tome un seguro de sólo Responsabilidad civil frente a terceros, en el segundo un seguro de kilómetros que le permita contar con las coberturas del todo riesgo acotadas y pagando un menor precio dado que la cantidad de kilómetros que circula se encuentra en un rango muy inferior al recorrido promedio anual que tenemos en Lima (10,000 kms.), y en el último escenario un seguro Todo Riesgo, es decir, que tenga las coberturas de Daños Propios, Responsabilidad Civil frente a terceros y Accidentes Personales.
Por lo tanto, las diferencias entre los seguros van a depender de estos elementos y contextos, y son elementos fundamentales que cualquier persona o empresa debe considerar antes de contratar un seguro. Conocer la exposición a los riesgos, permitirá analizar de mejor manera las ventajas y desventajas de los productos vigentes.