La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria - Sunedu -creada por la Ley Universitaria 30220 en el 2014, como supervisora del contenido de la ley, busca lograr que le calidad de la educación universitaria mejore. Tenemos aproximadamente 1,060,078 estudiantes universitarios distribuidos en 140 universidades, 70% privadas y 40% públicas.
Sabemos que la educación, cuando es de calidad, es el mejor camino para que una persona se desarrolle profesionalmente y logre una mejor calidad de vida a través de mayores oportunidades económicas, sociales y laborales. Con esto en mente, el Perú debe hacer todo lo que esté en sus mano para garantizarle a los estudiantes y a sus padres una educación de calidad pues se compite, ya no en el país, sino en el mundo. No hacerlo ahonda en las diferencias entre los peruanos pues solo algunos podrán entrar a universidades con una educación de mejor calidad, y ellos tendrán más y mejores oportunidades laborales.
El Perú sigue siendo un país donde las oportunidades son sólo de algunos, y los menos favorecidos cada vez la tienen más difícil. Por eso la educación es un tema de todos y no, únicamente, de las personas que no tienen como educarse y, de padres estafados, que pagan una carrera donde se enseña mal o nada.
La Sunedu le dio a todas las universidades un plazo de adecuación para que llegaran a una calidad educativa mínima y se acreditaran para poder operar ó, en otras palabras, educar. Ello no garantizará que toda la educación superior será de calidad, pero al menos se buscará mejore.
Los ejemplos de mala calidad universitaria abundan siendo probablemente el más escandaloso el de la Universidad Privada Telesup, de propiedad del congresista Luna, llamada la “universidad de fachada”, pues tiene construida una pared, sin nada detrás. La Sunedu le denegó el licenciamiento a ésta por no cumplir con ninguna de las Condiciones Básicas de Calidad establecidas en la Ley Universitaria.
Si bien este esfuerzo ha tomado tiempo, con la acreditación las universidades han mejorado su plana docente y la calidad de las diferentes carreras, fuera de tener supervisiones constantes para que la educación no retroceda. Pero esto no les ha gustado a algunos, sobre todo en el Congreso, donde por ley se ha vuelto a consagrar la participación de los rectores como supervisores y supervisados.
Esto es tan grave que las calles deberían congregar a altos funcionarios públicos, ministros, padres, alumnos, y profesores honestos, al lado de padres de los alumnos y, por supuesto, al sector empresarial peruano, que debería pelear por una mejor formación para los alumnos que llevarán a trabajadores mejor formados. Aún estamos a tiempo, no dejemos que por algunos congresistas con intereses económicos, la educación retroceda, porque se ha puesto al gato de despensero.