Grupo de Investigación Sostenibilidad e indicadores ESG en Perú-PAD Escuela de Dirección
El reciente derrame de petróleo en Ventanilla ha enfrentado a los diversos participantes de la sociedad peruana a nuevos retos y oportunidades de aprendizaje. Como todo tema popular y mediático que no ha sido bien estudiado -ni técnicamente ni legalmente-, es presa fácil para ser usado políticamente.
Separar una opinión política de lo que es una reflexión racional y técnica, se vuelve entonces una tarea difícil, y nos alejamos de soluciones sostenibles y efectivas ante un problema complejo y concreto. Además, nos impide sacar los aprendizajes debidos.
Intentemos, con este artículo, ser objetivos y alejarnos de ideologías o agendas para mirar con calma la evidencia empírica. Vamos a preguntarnos, por tanto, ¿cuánto puede limpiarse del petróleo derramado?, ¿qué importancia tiene el tamaño del área impactada?, ¿cuál es el impacto económico y social de este derrame de petróleo? Y ¿de qué orden sería el monto de la reparación?
¿Cuánto puede limpiarse con las últimas tecnologías?
Según la International Tanker Owners Pollution Federation, el alcance usual de petróleo recuperado en un derrame costero varía entre un 10% y un 15% del volumen. En el caso del Exxon Valdez, que tuvo un accidente en 1989, solo se recuperó un 14%. En el derrame de la plataforma semisumergible Deepwater Horizon, que se produjo en el Golfo de México el año 2010, los esfuerzos de limpieza lograron quemar y disolver químicamente un 21%, y se aspiró un 17%. Es decir, el volumen de petróleo que puede recuperarse con las últimas tecnologías es aún muy bajo.
La recuperación de petróleo vertido en el mar es, sin embargo, una operación muy costosa. El costo de recuperación de un derrame de 10,000 barriles puede alcanzar una media de US$ 1,152 millones.
En los últimos años se han propuesto nuevas tecnologías, como una esponja a base de carbón que absorbe treinta veces su peso en petróleo, desarrollado por Norwestern University; un jabón compuesto de sales y rico en hierro que magnetiza las gotas de petróleo dispersas, de la Bristol University; el robot Seaswarm, del MIT; y unos submarinos microscópicos. Sin embargo, estas tecnologías están aún en fase de emprendimiento, tipo startup.
En conclusión, la intervención humana para acelerar la reabsorción del petróleo vertido en el mar es deseable, pero queda muy limitada. Es prácticamente imposible remover un derrame con eficiencia y en poco tiempo.
¿Importa realmente el tamaño del área afectada?
Lo que realmente importa son los 41 km (o 25 millas) de extensión costera afectada. Esta dimensión sirve (según las mejores prácticas internacionales) para definir los planes de contingencia; en concreto, el mecanismo de limpieza a utilizar. Las barreras y disolventes son útiles hasta una dispersión de 20 millas. Una distancia mayor requiere el uso de al menos 50 Skimmers: botes que absorben la mezcla de agua y petróleo, y la separan; o de un Superskimmer : un tanquero adaptado que puede aspirar 500 mil barriles de agua contaminada al día. Más allá de las 200 millas de dispersión del derrame, la limpieza se abandona, pues ya no es viable.
Considerando la velocidad de la corriente de Humboldt en el verano austral, los anuncios estatales y privados que aparecen en la prensa, y que proponen terminar la limpieza entre 11 días hasta 2 meses, se alejan mucho de la evidencia científica y empírica, a no ser que aludan, únicamente, a una limpieza cosmética.
¿Cuál es el impacto económico y social de este derrame de petróleo?
El derrame de Ventanilla puede considerarse como un evento de impacto medio. Esto, asumiendo que la cantidad de petróleo derramado en el mar ha sido de diez mil barriles y considerando el alcance estimado, hasta el momento, de la zona afectada.
Según nuestro análisis, y en una primera estimación, la suma de los impactos directos e indirectos en la pesca artesanal y comercial, en el comercio, actividades portuarias y en el turismo del territorio contaminado significarían pérdidas en ingresos de entre 131 y 587 millones de soles. Si deseáramos expresar la pérdida en términos del PBI del 2019 (de las provincias del departamento de Lima, excluyendo Lima Metropolitana y el Callao), equivaldría a una pérdida de hasta 1.2%.
El impacto social para la población del territorio afectado (64 mil familias con un 44% de pobreza) se reflejaría en una pérdida de empleos de entre 1,729 y 5,693 puestos de trabajo al año, en un horizonte de 14 años.
Basados en estudios empíricos actuales, hemos estimado un rango de tiempo entre 10 y 20 años para eliminar el impacto ambiental del número de barriles derramados en el evento de Ventanilla. La estimación asume también un rango probabilístico de escenarios en base a la eficiencia de la limpieza del derrame. Como ya se ha comentado, los niveles de limpieza de este tipo de accidentes son bajos, y en este caso los rangos admitidos como viables en investigaciones de eventos similares están entre 14% y 20%.
El efecto en la empresa
Algunas evidencias empíricas pueden ayudarnos a dimensionar mejor la expectativa sobre el posible monto compensatorio, calculando sus equivalencias al caso Ventanilla. La British Petroleum habría pagado un equivalente a US$ 75 millones por el evento Deepwater Horizon del 2010. El monto pagado en el caso Prestige en las costas españolas el 2002 hubiera sido de US$ 43 millones; y por el famoso caso Exxon Valdez, de 1989, se hubiera pagado US$ 3.5 millones. Aunque vemos que el monto compensatorio se ha ido incrementado en el tiempo, estos tres casos dan idea más cercana de lo que se podría esperar en reparaciones, incluyendo el pago total al Gobierno y todas las demandas privadas.
En Madrid, en los primeros días de la noticia, la acción de Repsol cayó hasta un 7% (una pérdida equivalente a 900 millones de euros en capitalización de mercado). Sin duda, el efecto local e internacional en el costo de capital para la empresa será manifiesto, si no se maneja adecuadamente.
Otras medidas contra la empresa como suspender sus actividades, son mediáticas y contraproducentes por la ineficiencia del Estado: crean desabastecimiento e inflación. Perú es dependiente de pocas fuentes de combustible, y no cuenta con un plan energético útil y moderno que manejan las economías que tiene principios de sostenibilidad.
Reflexión final
Aunque estos eventos son lamentables, al menos deberían servirnos para cambiar la pasividad por un aprendizaje proactivo. Y no solo en las empresas y el Gobierno, sino también en las familias peruanas. No asumir la responsabilidad de la sostenibilidad en el Perú nos afecta a todos.
El grupo de investigación Sostenibilidad e indicadores ESG en Perú es una iniciativa de un grupo de profesores del PAD Escuela de Dirección para trabajar metodológicamente problemáticas de nuestro país relacionadas con los impactos ambientales y sociales. Participan de este grupo Alejandro Fontana PhD, José Valer PHD y Eduardo Roncagliolo (c) PhD.