El banco central de Venezuela está realizando pruebas internas para determinar si puede mantener guardadas criptomonedas en sus arcas, según cuatro personas con conocimiento directo del asunto.
La medida responde a una solicitud de la estatal Petróleos de Venezuela SA, que quiere enviar bitcóin y ethereum al banco central para que la autoridad monetaria pague a sus proveedores con tokens o vales digitales, según las personas, que pidieron que no se revelara su identidad ya que se trata de deliberaciones internas. Los empleados también están estudiando propuestas que permitirían contar las criptomonedas como reservas internacionales del banco, que en la actualidad se encuentran cerca de un mínimo de 30 años, en US$ 7,900 millones.
Las sanciones estadounidenses contra el régimen autoritario de Nicolás Maduro han aislado en gran medida a Venezuela del sistema financiero mundial, obligando a las autoridades a recurrir a una variedad de métodos para mover dinero. Los intentos previos de Maduro para establecer la primera criptomoneda soberana del mundo, el Petro, han fallado en gran medida, pero la capacidad de utilizar otras monedas digitales para pagar a contratistas o acumular reservas podría aliviar cierta presión al gobierno.
Responsables de prensa del banco central y de PDVSA no respondieron a solicitudes de comentarios.
No ha trascendido cómo PDVSA ha llegado a acumular bitcóin o ethereum, y también se desconoce el valor de los vales digitales. El productor de petróleo ha tenido dificultades para recibir pagos de los clientes a través de canales convencionales debido a que los principales bancos son reacios a hacer negocios con una entidad sancionada. El mes pasado, la compañía recibió la mayor parte de unos pagos de US$ 700 millones en yuanes chinos ya que las partes no encontraron instituciones financieras que facilitaran la transacción.
PDVSA podría mostrarse reacia a vender sus criptomonedas en el mercado abierto porque ello requeriría que la compañía se registre en un mercado y se someta a las diligencias necesarias. En cambio, quiere que el banco central –que, según los responsables de la compañía petrolera, está menos expuesto a posibles bloqueos- use la criptomoneda para pagar a las entidades a las que PDVSA debe dinero.
Bitcóin y ethereum usan libros contables descentralizados digitales conocidos como cadenas de bloque (“blockchain”, en inglés) para verificar y registrar transacciones. En algunos casos, esto permite transferencias relativamente anónimas sin la necesidad de un intermediario.
Las criptomonedas han protagonizado un resurgimiento este año tras la crisis del 2018, gracias a las expectativas de una mayor adopción institucional y al plan de Facebook Inc. de introducir su propia moneda. No obstante, las monedas virtuales siguen siendo bastante volátiles. Bitcóin se ha desplomado casi 20% en los últimos cuatro días, aunque el alza en lo que va de año es de más de 130%.
Para protegerse contra el impacto de nuevas sanciones, el Gobierno de Venezuela también está considerando la posibilidad de cambiar a un sistema de mensajes de pagos internacionales operado por Rusia como alternativa al sistema SWIFT, que utilizan la mayoría de las instituciones financieras.
Entretanto, Venezuela se convierte cada vez más en una sociedad sin efectivo, en gran parte debido a la incapacidad del gobierno de controlar la inflación, provocando una aguda escasez de divisas. Actualmente, desde las multas de aparcamiento hasta la propina a un camarero, se paga mediante transferencias bancarias, aplicaciones de pago móvil o efectivo en dólares estadounidenses.