La Primera Dama Cilia Flores, al centro, y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Constitucional, llevan un retrato del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez a la cámara de la Asamblea Nacional, mientras el partido socialista gobernante se prepara para asumir el liderazgo del Congreso en Caracas, Venezuela. (Foto AP / Matias Delacroix)
La Primera Dama Cilia Flores, al centro, y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Constitucional, llevan un retrato del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez a la cámara de la Asamblea Nacional, mientras el partido socialista gobernante se prepara para asumir el liderazgo del Congreso en Caracas, Venezuela. (Foto AP / Matias Delacroix)

Un nuevo Parlamento con amplio control del chavismo se instala este martes en Venezuela tras unas elecciones boicoteadas por la oposición liderada por Juan Guaidó, que con respaldo internacional intentará mantener un congreso paralelo.

Los diputados del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados --que ocuparán 256 de los 277 escaños de la unicameral Asamblea Nacional- ingresaron al Palacio Federal Legislativo alzando retratos del prócer Simón Bolívar y del fallecido presidente Hugo Chávez, que fueron colocados en el salón de sesiones.

Con fuerte presencia policial, las calles cercanas a la sede legislativa estaban cerradas, sin acceso al público, así como las estaciones de metro aledañas, constataron periodistas de la AFP.

Un grupo de seguidores del chavismo ocupaba una galería improvisada a las afueras del hemiciclo.

Empieza un nuevo ciclo en la historia de Venezuela, empieza una nueva etapa”, dijo el lunes el presidente socialista Nicolás Maduro, que recupera el control de este poder público tras cinco años en manos de la oposición.

Fraude

Las elecciones del 6 de diciembre en las que el chavismo recuperó el control del Parlamento fueron tildadas de “fraude” por el grueso de la oposición, encabezada por Guaidó, que como jefe parlamentario reclamó en enero de 2019 la presidencia encargada de Venezuela con reconocimiento de medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos.

La legislativas de diciembre --que registraron una abstención que rozó el 70% en medio de llamados de Guaidó y sus aliados a no participar-- tampoco fueron reconocidas por Washington y la Unión Europea, al considerar que no ofrecían garantías suficientes para la participación de la oposición.

Cuestionamientos al margen, de facto, el acto de instalación del ciclo legislativo 2021-2026 pondrá fin al quinquenio de mando opositor, tras su arrollador triunfo en las elecciones de 2015.

Ese Parlamento fue neutralizado desde el inicio por el oficialista Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que consideró nulas todas sus decisiones tras declararlo en desacato.

Y terminó sustituido en la práctica por una Asamblea Constituyente 100% chavista que se instaló en 2017 y que, tras el resultado de diciembre, decidió levantar sus funciones.

Está previsto que el exministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, presida el Legislativo.

Vacío de poder

Guaidó se juramentó presidente interino después de que la mayoría opositora del Parlamento declarara “usurpador” a Maduro, acusándole de haber sido reelegido fraudulentamente en 2018.

Ahora, alegando que las parlamentarias de 2020 fueron inválidas, los legisladores que le siguen aprobaron el 26 de diciembre la “continuidad” de la vieja Asamblea Nacional opositora mientras no se realicen elecciones presidenciales y legislativas “libres, justas y verificables”.

Cuatro días después el TSJ la anuló.

El Parlamento saliente se reunía en paralelo este martes en una sesión semipresencial para juramentar nuevamente a Guaidó como jefe legislativo, desde un lugar no divulgado “por seguridad” en Caracas.

“El primer mensaje es a Maduro y es que estamos aquí, de pie”, dijo en ese acto transmitido por internet.

Para el analista Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, esa tesis “no tiene aceptación universal” por no estar expresamente en la Constitución.

“Lo relevante es si sirve o no para mantener articulación interna y soporte internacional” a Guaidó, subrayó.

Se acaba la era Trump

El fin del Parlamento opositor en Venezuela coincide con el ocaso de la presidencia estadounidense de Donald Trump, principal aliado de Guaidó. Bajo su administración, la Casa Blanca impuso sanciones financieras a Venezuela y su estatal petrolera PDVSA para intentar desplazar del poder a Maduro, al que el magnate republicano tacha de “dictador”.

Ya Maduro ha hecho varios llamados al diálogo dirigidos al sucesor de Trump, el demócrata Joe Biden, que llega el 20 de enero a la Casa Blanca.

“Se acaba la era Trump y vamos a ver cómo reacciona esa parte de la oposición”, manifestó el mandatario en una reciente entrevista transmitida por la cadena de televisión Telesur.

Por lo pronto, entre amenazas de cárcel contra Guaidó y los diputados que impulsan la idea de la “continuidad” del Parlamento, Maduro prometió mano dura: “No me temblará el pulso”.