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La red social Twitter anunció este miércoles que dejará de permitir anuncios políticos pagados en su plataforma, lo que incluye tanto campañas electorales de candidatos como aquellas referentes a cuestiones controvertidas políticamente.

En un hilo de mensajes en la red social, el consejero delegado de Twitter, Jack Dorsey, fue quien anunció la nueva medida, que empezará a implementarse a partir del próximo 22 de noviembre, un año antes de que se celebren elecciones presidenciales en Estados Unidos.

"Hemos tomado la decisión de parar todos los anuncios políticos en Twitter a nivel global. Creemos que los mensajes políticos deben ganarse, no ser comprados", apuntó Dorsey, quien a continuación detalló las razones que han llevado a la empresa a obrar de este modo y dirigió una crítica velada a su competidor Facebook.

La prohibición afecta únicamente a contenidos de pago, es decir, a los espacios publicitarios que campañas políticas o particulares podían comprar hasta ahora para promocionar sus mensajes, pero en ningún caso limita lo que los usuarios pueden decir en la plataforma.

Dorsey aseguró que, "aunque la publicidad en internet es increíblemente poderosa y muy efectiva para los anunciantes comerciales", ese mismo poder conlleva "riesgos significativos" al campo de la política, ya que puede ser usado para "influenciar a votantes y afectar las vidas de millones" de personas.

A su juicio, las campañas deberían lograr notoriedad en la red social mediante retuits y nuevos seguidores, lo que implicaría que sus mensajes logran tracción entre los usuarios, pero no pagando dinero para llegar a más gente.

La decisión de Twitter supone un cambio radical respecto a su comportamiento en la pasada campaña electoral de EE.UU. en 2016, cuando animaba precisamente a las candidaturas a comprar espacio en la plataforma y fue usada por parte de piratas informáticos rusos para tratar de influir en el resultado electoral, lo que le valió fuertes críticas.

El anuncio de este miércoles se produjo en un momento en que su gran rival en las redes sociales, Facebook, se ha visto envuelta en una nueva polémica por su decisión de permitir anuncios políticos con contenidos que sean demostrablemente falsos.

La última controversia en torno a la compañía que dirige Mark Zuckerberg surgió a principios de octubre, cuando el aspirante presidencial demócrata y exvicepresidente de EE.UU. Joe Biden pidió a Facebook que retirase un anuncio contrario a él con contenidos que consideró falsos y que fue pagado por la campaña para la reelección del presidente Donald Trump.

La respuesta de Facebook, hecha pública en una carta, fue que por respeto a la libertad de expresión, la de prensa y al proceso democrático, la compañía no iba a contrastar con verificadores profesionales las palabras o anuncios de los políticos en la red social.

En su hilo de este miércoles en Twitter, Dorsey también hizo una referencia velada a la polémica, al indicar que no sería creíble por su parte decir: “Estamos trabajando duro para que la gente no disemine información falsa, pero si alguien nos paga para que forcemos a la gente a ver su anuncio político... bueno, entonces pueden decir lo que quieran”.