Cuando los funcionarios de la ciudad sureña de Liuzhou comenzaron una rutinaria subasta de parcelas de tierra en junio, encontraron pocos compradores. Solo una de las cinco parcelas recibió una oferta; el resto quedó sin vender. Como en muchas ciudades de China, una recesión en el mercado inmobiliario ha significado una menor demanda del terreno en el que se construyen las torres de departamentos.