De hecho, las economías de América Latina están capeando la guerra mejor que las de muchos otros mercados emergentes. Pero los presupuestos familiares de toda la región están siendo golpeados por la inflación inducida por la guerra. Este shock se suma a varias desgracias recientes. Y en el mediano plazo, el panorama para algunas economías latinoamericanas es tormentoso. Foto: EFE/Ivan Boberskyy
De hecho, las economías de América Latina están capeando la guerra mejor que las de muchos otros mercados emergentes. Pero los presupuestos familiares de toda la región están siendo golpeados por la inflación inducida por la guerra. Este shock se suma a varias desgracias recientes. Y en el mediano plazo, el panorama para algunas economías latinoamericanas es tormentoso. Foto: EFE/Ivan Boberskyy

Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero, no solo sufrieron los ucranianos. Los precios del trigo, el petróleo y otros productos básicos que ambos países producen en grandes cantidades se dispararon, causando un grave dolor a los países con problemas de liquidez que dependen de las importaciones. Sin embargo, algunos líderes mundiales vieron el lado positivo. “Esta crisis es una buena oportunidad para nosotros”, dijo Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, en marzo. De manera similar, el mes pasado, Alberto Fernández, presidente de Argentina, dijo que su país es “un reservorio de lo que el mundo necesita en este momento: alimentos y energía”.