Imagen de archivo de un guardia de seguridad caminando afuera de las instalaciones del fabricante de vacunas chino Sinovac Biotech, que desarrolló una vacuna contra el COVID-19, durante una visita de medios organizada por el gobierno en Pekín, China. 24 de septiembre, 2020. REUTERS/Thomas Peter/Archivo
Imagen de archivo de un guardia de seguridad caminando afuera de las instalaciones del fabricante de vacunas chino Sinovac Biotech, que desarrolló una vacuna contra el COVID-19, durante una visita de medios organizada por el gobierno en Pekín, China. 24 de septiembre, 2020. REUTERS/Thomas Peter/Archivo

La biofarmacéutica china Sinovac Biotech, fabricante de una de las vacunas más administradas contra el COVID-19 en varios países de Latinoamérica, inició en la víspera (jueves) en Santiago de Chile la construcción de su primera planta de envasado en la región.

Con una capacidad de llenar y empaquetar 50 millones de dosis al año, la planta estará lista antes del 2023 y requerirá de una inversión de US$ 100 millones, explicaron fuentes de la compañía en una multitudinaria ceremonia inaugural.

Sinovac se dedicará a la inversión e investigación científica en Chile para mejorar la producción que permita que más personas en Suramérica tengan acceso a vacunas”, afirmó el CEO de la compañía china, Weidong Yin, en una intervención virtual.

La planta, de 22,000 metros de superficie, envasará viales contra el COVID-19, la hepatitis A y la influenza, detalló la bioquímica Virginia Garretón, vicepresidenta de asuntos corporativos de Sinovac Biotech Chile.

Las vacunas se fabrican en China con el virus original inactivado, se mandan a las plantas de rellenado y acá se empacan bajo condiciones de alta seguridad para su distribución”, explicó.

Sinovac en América Latina

El ministro de Ciencia, el inmunólogo Flavio Salazar, afirmó que la instalación de esta planta busca “convertir a Chile en un polo de distribución de vacunas a nivel latinoamericano”.

La centralización en la producción de vacunas provoca una gran desigualdad de su distribución en caso de emergencias como el COVID-19″, señaló.

La idea es poder avanzar hacia la “creación de sistemas conectados para articular respuestas regionales y promover la integración latinoamericana”. “Ya estamos trabajando en esto con Argentina, México y Brasil”, dijo.

Esta semana, Sinovac anunció también que destinará otros US$ 100 millones para la construcción de una planta de producción de vacunas en Bogotá, en un proyecto de diez años que arrancará en el 2023.

El rol de los científicos chilenos

El suero CoronaVac, la vacuna de Sinovac contra el COVID-19, es el mayoritario en Chile y también está presente en Uruguay, República Dominicana, Colombia, Ecuador y Brasil.

Hasta que en junio del 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la aprobó para su uso de emergencia, los únicos estudios fiables que habían trascendido sobre su eficacia y eficiencia eran los realizados por la Universidad de Chile y el Gobierno chileno.

La investigación determinó que CoronaVac tiene una eficacia para frenar contagios del 65.3%, frente al 95% de Pfizer-BioNTech y el 80% de AstraZeneca.

Weidong Yin agradeció el trabajo de los científicos chilenos sobre la aplicación clínica de la vacuna y afirmó que la cooperación con los investigadores chinos había sido “exitosa”.

Ellos han hecho posible que CoronaVac tenga una mayor influencia global. Los resultados de su investigación son de gran ayuda para la OMS y la formulación de estrategias en muchos países”, dijo el CEO de la empresa, con casa matriz en Pekín.

Gracias a la masiva distribución de CoronaVac, Chile se ubicó a la cabeza de la inmunización en la región, con más del 93% de la población con su esquema completo y más de un 80% con una dosis de refuerzo.

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