La economía de Argentina se contrajo más de lo previsto entre abril y junio, el peor trimestre desde el pico de la pandemia a principios de 2020, lo que confirma que el país se precipita hacia una profunda recesión.
El producto bruto interno (PBI) de la segunda economía más grande de Sudamérica se contrajo un 2.8% en el segundo trimestre frente al período de enero a marzo, más que la contracción del 2.5% observada en una encuesta de Bloomberg. Respecto al año anterior, el PBI se contrajo un 4.9%, según datos del Gobierno publicados el jueves.
Una sequía récord, que costó US$ 20,000 millones en exportaciones agrícolas y una inflación alimentaria acelerada, tuvo un alto costo en la actividad económica de Argentina.
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Las exportaciones generales durante el segundo trimestre disminuyeron un 4.1%, mientras que las importaciones aumentaron un 3.7%, lo que impactó el crecimiento. El gasto del consumidor cayó mientras que el gasto gubernamental se mantuvo estable durante el trimestre.
Las perspectivas solo han empeorado en los últimos meses después de que el Gobierno devaluó el peso tras las elecciones primarias del 13 de agosto, una señal de que el banco central se había quedado sin dinero para apuntalar la moneda.
Esa devaluación llevó a las empresas a aumentar los precios en alrededor de un 20% de la noche a la mañana, lo que resultó en la lectura de inflación más alta desde que el país salía de la hiperinflación a principios de los años 1990. Sin duda, los vertiginosos aumentos de los recios han perjudicado los salarios reales y el gasto de los consumidores, arrastrando a la baja el crecimiento durante el trimestre actual.
Se prevé que la economía argentina entre técnicamente en recesión (la sexta en una década) durante el tercer trimestre, ya que la inflación supera el 124%, impulsada por fallas de la política económica y la incertidumbre en torno a las elecciones presidenciales del 22 de octubre.
Ante contracciones trimestrales previstas para los próximos dos trimestres, los economistas encuestados por el banco central prevén que el PBI caerá un 3% este año.
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