El Gobierno de Rusia decretó una moratoria de seis meses a los procesos de bancarrota de personas jurídicas y empresarios individuales iniciados por acreedores, con el fin de paliar las consecuencias de las sanciones impuestas por Occidente tras el inicio de la campaña militar rusa en Ucrania.
La medida fue anunciada durante una reunión del Gobierno ruso por el primer ministro, Mijaíl Mishustin, quien informó que entrará en vigor a partir del 1 de abril.
Se trata de la segunda moratoria de este tipo que aplica el Gobierno ruso, después de que recibiera el derecho a decretar este tipo de medidas en el 2020 para paliar las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus.
Pese a que la anterior moratoria, implementada en abril del 2020, estuvo vigente para el grueso de las compañías hasta enero del 2021, muchas compañías públicas eligieron no beneficiarse de ella para conservar el derecho a pagar dividendos y efectuar la recompra de acciones.
La moratoria decretada a partir de mañana no se extenderá únicamente a los proyectos de construcción “morosos” que han sido incluidos en el registro de “obras problemáticas”.
El Ministerio de Desarrollo Económico explicó esta excepción ya que el reconocimiento de la bancarrota de estas compañías constructoras permitiría pagar compensaciones a los clientes que invirtieron en estas obras o tomar medidas para terminar las construcciones.
A fines de marzo el Gobierno “congeló” temporalmente hasta fines de año la inclusión de obras que incumplieron los plazos de construcción en el registro de proyectos “morosos”.
Durante la vigencia de esta moratoria los acreedores no podrán exigir la bancarrota de sus deudores, pero estos últimos podrán presentar los documentos para su bancarrota sin necesidad de asistir a las cortes.
Las compañías beneficiadas por esta moratoria no tendrán derecho a pagar dividendos, distribuir ganancias entre los participantes o efectuar recompra de acciones, a menos que se nieguen voluntariamente a la moratoria.