¿Quién sanará los problemas del NHS? El sistema público sanitario del Reino Unido, antaño uno de los grandes orgullos nacionales, se ha convertido en uno de los mayores dolores de cabeza que debe subsanar el próximo Gobierno tras las elecciones del 4 de julio.
La satisfacción ciudadana con su sistema de salud ha ido cayendo en los últimos años hasta niveles irrisorios por los graves desafíos que encuentra: huelgas de médicos residentes que exigen un aumento salarial del 35%, escasez de profesionales cualificados tras el Brexit o inmensos retrasos en las listas de espera.
Preguntado por EFE, Philip Banfield, presidente de la junta directiva del sindicato British Medical Association (BMA), dice que si los laboristas llegan al poder -como todo apunta- y quieren hacer crecer la economía, su “prioridad inmediata debe ser solucionar la Sanidad y arreglar la salud del país”.
LEA TAMBIÉN: Mano dura en inmigración domina elecciones británicas pese a falta de mano de obra
LEA TAMBIÉN: Kate Middleton: todas las miradas sobre la princesa de Gales
Banfield da la bienvenida al compromiso del laborista Keir Starmer para reducir los tiempos de espera en hospitales y centros de salud, pero remarca que para ello hace falta “apoyo e inversión a la fuerza laboral”.
En cambio, opina que los ‘tories’ están “llenos de ideas” aunque el gremio sanitario es, “con razón, escéptico acerca de cómo las pondrán en práctica, dado su historial durante los últimos 14 años y el estado en que dejan los servicios de salud”.
Una etapa difícil
En entrevista con EFE, Jonathan Hedges, médico residente especializado en obstetricia y ginecología del hospital de St George, en Londres, lamenta que “la última década ha sido muy complicada por la covid (...) y una etapa de trabajo extraordinaria para la sanidad”.
“Ahora hay un colapso agudo en los servicios, abrumados por el retraso en las listas de espera, con pacientes que no están siendo tratados o no de la manera adecuada”, dice.
Los residentes se encuentran actualmente en un nuevo paro de cinco días para reclamar ajustes salariales para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los últimos años por la inflación. Tony Lyons, operario del Servicio de Ambulancias del NHS, cree que es necesario “un nuevo partido al que le importe el NHS” y asegura a EFE que “todo el mundo está desesperado por ver un cambio”.
Por su parte, Suleiman Suley, coordinador de pacientes en planta del Hospital Universitario UCLH, apunta que “los médicos residentes hacen huelga cuando no están contentos con el Gobierno y sienten que los servicios están siendo descuidados”.
Meses de espera para operaciones
Además de los paros, millones de personas han de esperar meses para someterse a intervenciones rutinarias -como un reemplazo de rodilla o cataratas-. Los últimos datos oficiales muestran listas que alcanzaban los 7,5 millones a finales del pasado marzo.
Los ‘tories’ planean recortar esas esperas entre sus cinco prioridades si salen reelegidos, mientras que el Partido Laborista ambiciona atajar ese problema en cinco años, creando más citas durante las tardes y fines de semana.
Otros grupos como los liberaldemócratas abogan por la inversión pública en sanidad y la prevención.
El próximo Ejecutivo deberá resolver también la escasez de personal cualificado, agravado tras el Brexit -que ha interrumpido la llegada de profesionales comunitarios-, lo que está llevando al límite los recursos nacionales y afectando a la moral del personal.
Las últimas cifras revelan que a día de hoy el NHS en Inglaterra cuenta con más de 100,000 puestos de trabajo sin ocupar, lo que supone un 7% de la fuerza laboral.
El laborismo asegura que creará 7.500 nuevas plazas en las facultades de Medicina y 10,000 nuevos puestos de enfermeras y matronas al año, mientras que el antiinmigración Reform UK del controvertido Nigel Farage promete eliminar las tasas de estudiante a médicos y enfermeras residentes.
El próximo líder tendrá que resolver además la dificultad que plantea concertar una cita con un dentista o un médico de cabecera.
El pasado abril, más de tres millones de ciudadanos tuvieron que esperar más de tres semanas para ser atendidos por su médico de familia en Inglaterra y existe una profunda crisis en el campo de los dentistas, según datos oficiales.