El gobierno cubano de Miguel Díaz-Canel señaló como instigador directo de las manifestaciones a las redes sociales y al gobierno de Estados Unidos -o grupos de interés cubanoamericanos- de provocar un estallido artificial.
Más allá de la denuncia, las redes sociales como Facebook y Twitter fueron un actor protagónico en las protestas. Dado que no hubo un liderazgo formal o figura que convocara las marchas, las personas se fueron enterando de los puntos de reunión a través de las redes.
Ya en las calles con sus celulares tomaban imágenes, hablaban por teléfono y buscaban enviar fotos a familiares o subirlas a la red. El indicador más contundente del impacto de las redes fue la decisión del gobierno de interrumpir el servicio de datos móviles.
El canciller Bruno Rodríguez aseguró que sus expertos detectaron el uso de robots para instalar la etiqueta #SosCuba y otras similares con mensajes alarmistas.
Una cuenta de Twitter tuvo 1,000 trinos a razón de cinco repeticiones por segundo, algo imposible sin asistencia tecnológica.
El uso de internet es relativamente nuevo en la isla y están en pleno auge luego de que en 2018 se abriera el servicio. Cuba cerró 2020 con 6.6 millones de usuarios de telefonía móvil de los cuales 4.4 millones tienen acceso a Internet, cuyo único proveedor es una compañía del Estado.
Expansión de protestas
Imágenes en redes sociales mostraron el domingo multitudes cantando en La Habana, la ciudad provincial de San Antonio de los Baños y otros lugares.
Justamente fue en San Antonio de los Baños desde donde empezaron las primeras transmisiones a través de Facebook Live, conocido por los cubanos como “la directa”. En ella se mostraron las primeras marchas a la que luego se fueron sumando otras ciudades.
“Eso fue como un efecto dominó. Vimos una protesta espontánea en San Antonio y eso se propagó”, señaló un activista a la BBC Mundo.
En tanto, Ted Henken, autor del libro “Cuba´s Digital Revolution” indicó a la BBC que Internet fue un facilitador de las protestas porque permitió que la gente compartiera imágenes en tiempo real. “Por eso se pudo contagiar tan rápidamente por todo el país. Las redes sociales fueron el detonante que canalizó la frustración social”, agregó.