El coronavirus sacude a Europa desde hace semanas y, como consecuencia, muchos países han iniciado estrategias varias para intentar frenar su expansión e impacto.
No obstante, estas acciones individuales se enmarcan en un contexto de crisis sanitaria global, que deja resonando en el aire una pregunta: ¿qué ha hecho la Unión Europea al respecto?
Medidas económicas
La UE adoptó el pasado jueves un paquete de medidas para dar a los países flexibilidad en la aplicación de las normas fiscales y que permitirá, de manera excepcional, canalizar ayudas estatales en forma de ventajas fiscales, avales y préstamos públicos a empresas y apoyos a la banca.
Este sistema, que ya se utilizó en el 2009 durante la crisis financiera, permite a Bruselas autorizar ayudas públicas que en circunstancias normales no serían aceptadas, siempre que vayan destinadas remediar una perturbación grave en la economía de un Estado miembro.
Esto permitirá a los países de la UE garantizar que haya suficiente liquidez para empresas de todo tipo y preservar la continuidad de la actividad económica durante y después del brote de coronavirus.
Por otro lado, el club comunitario también inició la movilización de 37,000 millones de euros en fondos estructurales para hacer frente a la pandemia.
No obstante, la UE todavía no ha utilizado toda su artillería financiera: el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate de la eurozona, que podría intervenir con los 410,000 millones de euros de los que dispone.
La mayoría de grupos en la Eurocámara, sindicatos europeos y académicos piden echar mano de este organismo gestado en la vorágine de la crisis financiera, pero activarlo es políticamente delicado, en buena medida por el estigma que genera una institución asociada a la austeridad y la "troika".
La función del MEDE es actuar como prestamista de último recurso para los Estados cuando los mercados les cierran el grifo de la financiación.
Control de fronteras
Por lo que respecta a las fronteras externas, la UE acordó el pasado lunes el cierre de sus fronteras durante al menos 30 días y está desplegando una serie de medidas de urgencia para proteger el tráfico de mercancías, garantizar los suministros y mitigar el impacto del coronavirus en el sector del transporte.
La UE también ha cofinanciado la organización de vuelos para repatriar a los más de 100,000 europeos a los que la crisis del coronavirus sorprendió fuera de Europa.
Equipamiento médico
La Comisión Europea (CE) anunció el pasado jueves que pondría en marcha una reserva estratégica del equipamiento médico necesario para prevenir y tratar el coronavirus, de modo que se puedan dirigir suministros a los países de la UE con mayores necesidades.
Según Bruselas, España ya solicitó equipamiento el día 15 de marzo a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil, que normalmente se utiliza para asistir ante emergencias como incendios. La nueva reserva tendrá un valor inicial de 50 millones de euros, de los que el 90% será financiado por la UE y el 10% por los Estados miembros.
La CE también lanzó una licitación para la compra conjunta de aparatos de respiración asistida y el pasado lunes ofreció un apoyo financiero de 80 millones de euros al laboratorio alemán CureVac, que está desarrollando una potencial vacuna contra el coronavirus.
Por otro lado, el club comunitario recibirá la ayuda de China, que enviará a Europa más de dos millones de mascarillas, 200,000 de ellas del modelo N95, el más demandado por su seguridad por los servicios sanitarios; así como 50,000 kits de test para detectar el coronavirus.