Mientras la campaña militar de Rusia en Ucrania se adentra en su quinto mes, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió a Kiev que debería aceptar pronto las condiciones de Moscú o prepararse para lo peor, y agregó de manera ominosa que Rusia apenas ha comenzado a actuar.
En una reunión con los líderes del parlamento ruso, Putin acusó a naciones occidentales de alimentar las hostilidades, y afirmó que “Occidente quiere luchar contra nosotros hasta el último ucraniano”.
“Es una tragedia para el pueblo ucraniano, pero parece que va en esa dirección”, añadió.
“Todo el mundo debería saber que, en gran medida, aún no hemos empezado a hacer nada en serio”, dijo Putin en tono amenazante.
Declaró que Rusia sigue dispuesta a sentarse a dialogar para poner fin a los combates, y añadió que “los que se niegan a hacerlo deberían saber que mientras más dure, más difícil será para ellos llegar a un acuerdo con nosotros”.
“Escuchamos que quieren derrotarnos en el campo de batalla. Que lo intenten”, advirtió Putin.
Al principio del conflicto, el Kremlin exigió que Kiev reconociera la soberanía rusa sobre la península de Crimea que se anexionó de Ucrania en el 2014 y la independencia de las regiones separatistas respaldadas por Moscú en el este de Ucrania.
Además, Moscú señaló que esperaba que Ucrania se plegara a la situación existente sobre el terreno, en referencia a otros avances terrestres que ha conseguido desde que las tropas rusas entraron en Ucrania el 24 de febrero.
Después de no haber podido capturar Kiev y otras grandes ciudades del noreste de Ucrania al principio de la campaña, el ejército ruso cambió su enfoque hacia el corazón industrial ucraniano, el Donbás, en el este del país, donde los separatistas respaldados por Moscú han luchado contra las tropas ucranianas desde el 2014.
Días atrás, los militares rusos reclamaron el control de la provincia de Luhansk, una de las dos regiones que componen el Donbás, y se preparan para redoblar su ofensiva en la segunda, la región de Donetsk.
En las primeras fases del conflicto, Rusia se hizo con el control de la región meridional de Jersón y parte de la vecina Zaporiyia.
Es probable que Moscú intente eventualmente aislar a Ucrania de su costa del mar Negro hasta la frontera rumana. Si lo consiguiera, asestaría un duro golpe a la economía ucraniana y crearía un corredor hacia la región separatista moldava de Transnistria, que alberga una base militar rusa.
Putin reiteró su antigua afirmación de que Occidente utiliza el conflicto de Ucrania para intentar aislar y debilitar a Rusia.
“Simplemente no necesitan un país como Rusia. Por eso han utilizado el terrorismo, el separatismo y fuerzas destructivas internas en nuestro país”, señaló.
Afirmó que las sanciones occidentales contra Rusia no consiguieron su objetivo de “sembrar la división y el enfrentamiento en nuestra sociedad y desmoralizar a nuestro pueblo”.
“El curso de la historia es imparable, y los intentos del Occidente colectivo de imponer su versión del orden global están condenados al fracaso”, aseveró.