El exdirector ejecutivo y presidente de Google, Eric Schmidt, predijo que Estados Unidos perderá su liderazgo en tecnología de inteligencia artificial contra China en cinco a 10 años, pero pidió no tratar la relación como una carrera armamentista total.
El gobierno chino está trabajando duro para superar a EE.UU., invirtiendo miles de millones de dólares para obtener una ventaja no solo en inteligencia artificial, sino también en comunicaciones inalámbricas, tecnología cuántica, supercomputación y más, dijo Eric Schmidt en una audiencia del Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes el miércoles.
“A menos que las tendencias cambien, competiremos con un país que tiene una economía más grande, más inversiones en I+D, investigación de mejor calidad, una aplicación más amplia de nuevas tecnologías e infraestructura informática más sólida”, dijo Schmidt. “A medida que comience la década del 2020, deberíamos estar preparando nuestra política y nuestra legislación para competir eficazmente en un mundo de 2030 que puede parecer muy diferente”.
Los temores de que China vencerá a Estados Unidos en la próxima ola de importantes innovaciones tecnológicas –lo que le dará al país una ventaja económica y militar– han estado creciendo entre la comunidad de defensa de Estados Unidos y los políticos. Se ha prohibido a las empresas estadounidenses hacer negocios con la líder inalámbrica china Huawei Technologies Co. Ltd.
El presidente Donald Trump ha pedido a los aliados, incluidos Canadá y el Reino Unido, que no compren equipos de telecomunicaciones de la compañía, acusándola de estar estrechamente vinculada con el ejército chino. Las tensiones políticas han resultado en un mayor escrutinio de los trabajadores tecnológicos e investigadores chinos en EE.UU., y las inversiones en empresas estadounidenses por parte de los financiadores chinos ha disminuido abruptamente.
Continuar por ese camino sería un error, dijo Schmidt a la audiencia. En lugar de “desacoplarse” por completo, Estados Unidos debería aumentar su propia competitividad incrementando los fondos para la investigación, al tiempo que trabaja con los chinos en proyectos conjuntos.
“Desenrollar la compleja red de conexiones entre nuestros países (personas, hardware, cadenas de suministro, inversiones, investigación) tendrá costos y posiblemente consecuencias que no prevemos”, dijo.
Schmidt dijo que no estaba hablando como representante de Google, de Alphabet Inc., pero que sus puntos de vista coinciden con los de la compañía. El sistema operativo Android de Google es ampliamente utilizado por los fabricantes de teléfonos chinos, y la prohibición de Estados Unidos de trabajar con Huawei ha elevado la posibilidad de que la compañía china tenga que desarrollar su propio sistema operativo que compita.
En audiencias previas y en discusiones privadas, los ejecutivos de Google han argumentado que ser excluido de China solo disminuirá su competitividad y perjudicará a la compañía, y a la economía estadounidense a largo plazo.
“El mejor resultado es que las empresas tecnológicas de EE.UU. superen a su competencia global en un campo de juego más nivelado para ganar una mayor participación en el mercado”, dijo Schmidt.