La bioquímica húngara Katalin Kariko está en el circuito de los premios. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la celebra, en Budapest la pintaron en el costado de un edificio e incluso figuró en la sección Mujeres del año de Glamour Magazine. Junto con su socio de investigación, Drew Weissman, ganó el Premio Lasker-DeBakey a la Investigación Médica Clínica, un honor que en muchos casos ha precedido al Premio Nobel.
Es un cambio radical para Kariko, que luchó durante años para conseguir financiación para la investigación. Dedicó su carrera al estudio del ARN mensajero, considerado durante mucho tiempo como demasiado delicado y difícil de manejar para ser de mucha utilidad.
Los descubrimientos que hicieron Kariko y Weissman ayudaron a cambiar todo eso.
“Muchas, muchas personas contribuyeron a ello, y yo fui solo una de ellas”, dijo Kariko en un evento de la OMS en Berlín en setiembre. “Solo estoy representando a todos esos compañeros científicos”.
Kariko y Weissman se conocieron mientras esperaban para usar una máquina Xerox para copiar cientos de artículos de revistas académicas. En el 2005, el dúo publicó un artículo que mostraba cómo modificar el ARN mensajero para esquivar las defensas de una célula. Se sorprendieron y sintieron decepción cuando el mundo científico nunca los contactó.
Kariko dijo que se sentía como Cassandra, la princesa de la mitología griega maldita porque aunque profetizara la verdad, nunca le creían.
“Nuestros teléfonos nunca sonaron”, dice Weissman. “Creo que a pesar de que publicamos ese artículo, siguieron pensando que era demasiado difícil trabajar con el ARN”.
Los teléfonos suenan ahora que los científicos estudian el ARN mensajero para tratar enfermedades desde el VIH hasta la malaria, la esclerosis múltiple y el cáncer.
El descubrimiento de Kariko y Weissman es “fundamental para todo este campo”, dice Derrick Rossi, cofundador de Moderna, el fabricante de vacunas de ARNm. “Creo que hará que ganen un Premio Nobel porque realmente es lo que permite estas vacunas de ARNm y cualquier terapia de ARNm en el futuro”.
En el evento de la OMS en Berlín, Kariko, ahora vicepresidenta sénior de BioNTech, hizo un llamado para respaldar otras ideas que puedar surgir y que suenen descabelladas.