Un equipo dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investiga los orígenes de la pandemia de COVID-19 visitó el lunes el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de la región central china de Hubei, donde surgió el brote a fines del 2019.
El grupo de expertos independientes pasó unas cuatro horas y media en su visita más larga al lugar desde que completó dos semanas de cuarentena el jueves, pero no habló con los periodistas que lo esperaban.
Sin embargo, un funcionario de la OMS en Ginebra dijo que habían mantenido “muy buenas conversaciones” con sus interlocutores chinos.
La OMS, que ha tratado de manejar las expectativas de la misión, ha dicho que sus miembros se limitarían a las visitas organizadas por sus anfitriones chinos y no tendrían contacto con los miembros de la comunidad, debido a las restricciones sanitarias.
Hasta ahora, el grupo también ha visitado hospitales donde se detectaron los primeros casos, mercados y una exposición sobre la lucha contra el brote en la capital provincial de Wuhan.
“Las visitas que realizan proporcionan información detallada y toda esa información detallada requiere un análisis que está en curso entre el equipo internacional y los colegas chinos. Y todo ese análisis detallado lleva a más y más preguntas”, dijo Maria Van Kerkhove, líder técnico de la OMS en COVID-19, en una conferencia de prensa en Ginebra el lunes por la noche.
“Su atención se centra en los primeros casos y están teniendo muy buenas discusiones al respecto”.
Mike Ryan, máximo responsable de emergencias de la OMS, dijo: “Seguimos haciendo preguntas, seguimos presionando para obtener más datos. Es una historia de detectives y se repite y se responden más preguntas”.
Pekín ha tratado de poner en duda la creencia de que el coronavirus se originó en China, apuntando a los alimentos congelados importados como conducto. La hipótesis volvió a aparecer el domingo en el tabloide Global Times, dirigido por el Diario del Pueblo del Partido Comunista en el poder.