Agricultura
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La mayoría de los alimentos básicos se abaratarán en los próximos diez años al tiempo que crecerá la productividad, que contribuirá a aumentar la producción agrícola en un 15%, informaron la y la FAO en un nuevo informe.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura () explicaron que esos precios disminuirán entre 1% y 2% anual, algo positivo para millones de consumidores pero que puede suponer un problema para determinados agricultores.

La crecerá 15% en ese periodo y se localizará sobre todo en países en desarrollo y emergentes, de acuerdo al estudio, que explica el incremento principalmente por los mayores rendimientos y la intensificación, mientras que no se esperan grandes cambios en el uso de la tierra.

Así se hará frente a un incremento similar de la demanda, marcada por el auge de la población en África Subsahariana, los mayores ingresos de los consumidores en las economías emergentes y la mayor concienciación por la salud y el medio ambiente en los países avanzados.

Según las perspectivas agrícolas para el 2019-2028, está previsto el alza de la producción ganadera, acompañada de un mayor uso de piensos y más eficiencia, y el de la acuicultura, que representará el 55% de la producción pesquera para el 2028.

La FAO y la OCDE advirtieron de que la posibilidad de una ralentización económica mundial y otros sucesos como las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos o la propagación de plagas como la peste porcina africana añaden incertidumbre en los mercados de productos básicos.

Los intercambios en ese sector han estado apoyados por una bajada de aranceles, incentivos a la producción y el fuerte crecimiento económico de China, pero en la próxima década se espera que crezcan a menor ritmo.

El comercio seguirá siendo importante para las condiciones de vida de regiones exportadoras como Latinoamérica y el Caribe, que aumentará su cuota mundial entre los principales suministradores, así como para los países que dependen de su importación para asegurar la seguridad alimentaria, por ejemplo, en Oriente Medio.

Las emisiones de efecto invernadero procedentes directamente de la agricultura, que representan el 11% del total, seguirán creciendo el 0.5% anual en los próximos diez años.