La inversión en inteligencia artificial no ha dejado de aumentar ni siquiera en el 2020 con el choque del coronavirus y Estados Unidos concentra la mayor parte, con casi un 65 % de los más de US$ 4,000 millones de capital riesgo dedicados ese año a empresas emergentes del sector financiero.
Estos datos figuran en el informe anual sobre las perspectivas empresariales y financieras que publica este viernes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que subraya la creciente integración de la inteligencia artificial en la actividad financiera y la necesidad de mejorar mecanismos de confianza.
De acuerdo con las cifras actualizadas del observatorio de la organización para la inteligencia artificial, las inversiones globales de capital riesgo en inteligencia artificial superaron el pasado año los US$ 80,000 millones en todos los sectores, cuando en el 2019 eran de US$ 69,300 millones y US$ 4,400 millones en el 2013.
Solo Estados Unidos acaparó el pasado ejercicio US$ 45,000 millones, muy lejos de los US$ 20,000 millones de China y a años luz de los apenas US$ 3,500 millones de los 27 países de la Unión Europea juntos, que evidencia ser un enano en esta tecnología.
Por sectores, a nivel global la movilidad y los vehículos autónomos fueron en el 2020 el primero en importancia, como viene ocurriendo desde el 2014: absorbió casi US$ 20,000 millones de inversión, tras los US$ 14,300 millones del 2019.
En segunda posición pasó la sanidad, la farmacia y las biotecnologías, que en el 2020 -un año marcado por la covid- registró la mayor progresión en términos relativos, hasta casi US$ 13,000 millones, lo que significó duplicar el volumen del 2019.
El sector financiero sufrió un retroceso el pasado año y quedó relegado a la sétima posición.