El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo este domingo que su país está “negociando, no cediendo” ante Hamás, mientras dialoga sobre un posible cese el fuego con los países mediadores, a los que instó a ejercer presión sobre el grupo islamista y no sobre Israel.
“Estamos negociando, no cediendo. Hay cosas sobre las que podemos ser flexibles y hay cosas sobre las que no, e insistimos en ellas. Sabemos muy bien diferenciar entre ambas”, dijo Netanyahu, según un comunicado de su oficina.
“Estamos negociando la liberación de nuestros rehenes. Esta es ante todo una tarea moral y nacional. Estamos llevando a cabo negociaciones muy complejas cuando del otro lado está una organización terrorista asesina, desinhibida y recalcitrante”, añadió, al comienzo de una reunión con su Gabinete.
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Estas declaraciones llegan el mismo día en que tiene previsto llegar a Israel el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, para impulsar el acuerdo de cese el fuego que promueve Washingon a través de los otros países mediadores, Catar y Egipto.
Israel envió el jueves pasado un equipo negociador a Doha, que tras reunirse con los negociadores mostró un “optimismo cauteloso”.
De su lado, Hamás no acudió a la cita catarí y demandó, en cambio, que se implemente directamente lo ya acordado, según la primera propuesta estadounidense de finales de mayo.
“Hamás, hasta el momento, se ha mantenido en su negativa. Ni siquiera envió un representante a las conversaciones de Doha. Por tanto, la presión debería dirigirse a Hamás y (a su líder Yahya) Sinwar, y no al Gobierno israelí”, estimó Netanyahu este domingo.
Israel insiste en que los puntos que llevó a la mesa en Doha “se basan en el esquema del 27 de mayo” que propuso el presidente estadounidense, Joe Biden, pero Hamás continúa reivindicando que lo tratado en Doha no cumple con la propuesta original y que da pie a nuevas demandas israelíes con la complicidad estadounidense.
La comunidad internacional apoya ampliamente la firma de un cese el fuego tras más de 10 meses de guerra que han causado más de 40,000 muertos palestinos, 92,000 heridos y 1,9 millones de desplazados en la devastada Franja de Gaza, donde aún se encuentran secuestrados 111 rehenes israelíes, de los cuales al menos 39 habrían muerto.
Desde hace un mes, Hamás reprocha a Israel que exija el control militar del conocido como Corredor Filadelfia -la frontera entre Gaza y Egipto por donde solía pasar la mayoría de la ayuda humanitaria antes de que Israel cerrara el cruce en mayo- para evitar el contrabando de armas.
Altos funcionarios israelíes que hablaron a la radio pública Kan bajo anonimato aseguraron que los desacuerdos por ese motivo podrían ser “resolubles” durante las negociaciones que seguirán en El Cairo en los próximos días.
El miércoles pasado, el Ejército israelí aseguró que sus tropas sabrán llevar a cabo una estrategia de incursiones y ataque en el Corredor Filadelfia, si se ven obligadas a abandonarlo.