La ayahuasca es un té con efectos psicodélicos cuyas raíces se remontan a cientos de años, al uso ceremonial de los grupos indígenas de la región amazónica.
Es usada ampliamente en Sudamérica, donde es legal en varios países, incluyendo Perú y Brasil, pero en Estados Unidos sigue siendo ilegal debido a que la infusión contiene el compuesto químico N, N-dimetiltriptamina (DMT).
Sin embargo, la ayahuasca es cada vez más popular en Estados Unidos y el interés ha aumentado luego de que celebridades como el quarterback de la NFL Aaron Rodgers y el astro de Hollywood Will Smith afirmaron que han participado en ceremonias con esa sustancia. Simpatizantes de la ayahuasca han creado iglesias para llevar a cabo sus ceremonias, que en su mayoría se realizan bajo tierra en viviendas, en instalaciones alquiladas o en lugares remotos como desiertos.
¿Qué le pasa a alguien cuando bebe el té?
Quienes beben ayahuasca indican haber visto formas y colores y emprender viajes de ensueño que pueden durar varias horas. Algunos sostienen que se han reunido con parientes fallecidos, así como con amigos y una variedad de espíritus que les hablan.
Encuestas a bebedores del té revelan que la mayoría experimenta una variedad de efectos físicos y mentales después de beber ayahuasca. La reacción física más común, según un estudio de PLOS Global Health, fue vómitos o náuseas, pero otros efectos secundarios menores incluyen dolor abdominal y de cabeza. La mayoría de los participantes también asegura haber visto y oído cosas, sentirse solos o tener pesadillas, aunque casi todos los que dijeron tener efectos mentales sintieron que eran beneficiosos para su crecimiento personal. De acuerdo con el estudio, el 2,3% de los encuestados mencionaron que necesitaron atención médica luego de tomar ayahuasca.
¿Por qué la gente toma ayahuasca?
Cada vez más personas en Estados Unidos recurren a la ayahuasca para tratar una variedad de padecimientos mentales que consideran que la medicina convencional no ha podido remediar.
Muchos recurren a las ceremonias para ayudar con trastornos alimentarios, depresión, trastornos por uso de sustancias y estrés postraumático. Un estudio realizado con base en datos del Proyecto Global Ayahuasca, informó que un 78% de las personas con depresión sintieron haber “mejorado mucho” o “resuelto por completo” su situación, mientras que un 70% de las personas con ansiedad afirmaron que sus síntomas habían “mejorado mucho” o fueron “resueltos por completo”. Otro estudio encontró un vínculo entre tomar ayahuasca y un menor consumo de alcohol y otras drogas.
Pero los expertos médicos advierten que no existen suficientes investigaciones en Estados Unidos para confirmar estos hallazgos, si bien se han realizado estudios más pequeños en Brasil y otros países.
“No son realmente los mismos tipos de estudios que se han realizado en el terreno en Estados Unidos que nos permiten saber qué tan bien funciona en verdad, para quién funciona mejor y cuáles son los efectos secundarios reales”, afirma Anthony Back, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle. Back dirige un estudio con psilocibina, un alucinógeno que se encuentra en algunos hongos, para ayudar a médicos y enfermeras con síntomas de depresión y agotamiento relacionados con su trabajo durante la pandemia del coronavirus.
“Nuestro conocimiento (sobre la ayahuasca) es algo limitado”, agrega. “No existe tanta información sobre la seguridad como otros tratamientos médicos regulares que alguien podría recibir si acude a un médico convencional en Estados Unidos. Diría que de cierta forma se encuentra en las primeras etapas: Interesante, intrigante, prometedor”.
¿Hacia dónde se dirige el movimiento?
A algunos partidarios de la ayahuasca les preocupa que la popularidad de la sustancia pueda provocar medidas represivas del gobierno federal. Algunos defensores señalan que se han confiscado envíos de ayahuasca de Sudamérica y que se han cerrado iglesias por temor a problemas legales. Otros se dicen preocupados por reportes de ataques sexuales durante las ceremonias, participantes enfermos u organizadores que estafan a las personas, incidentes que podrían llevar al gobierno federal a intervenir.
Algunos grupos han formado iglesias con la esperanza de protegerse de enjuiciamientos mediante un fallo emitido por la Corte Suprema de Estados Unidos en el 2006. Citando la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa, una iglesia de Nuevo México obtuvo el derecho de usar ayahuasca como sacramento. Una decisión posterior de un tribunal inferior dictaminó que las filiales en Oregon de otra iglesia de ayahuasca podían usarla.
La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), que se negó a ofrecer declaraciones para este reportaje, estableció un sistema en el 2009 para que las iglesias fueran reconocidas como excepciones a la Ley de Sustancias Controladas, pero Sean McAllister, quien representa a una iglesia de Arizona en una demanda contra el gobierno federal luego que su ayahuasca peruana fue incautada en el puerto de Los Ángeles, dijo que las iglesias no han sido aprobadas. La mayoría de las personas en el movimiento, agregó, ven esa opción como “una completa pérdida de tiempo”.
“El gobierno pretende controlar esto. Quiere mantenerlo lo más reducido posible”, sostuvo McAllister, que añadió que la DEA será escéptica ante quienes afirman que la ayahuasca los conecta con Dios.
¿Podría ayudar la despenalización?
Algunos partidarios esperan que las medidas para despenalizar la ayahuasca y otros psicodélicos en varios estados reduzcan el riesgo de enjuiciamiento. Los esfuerzos de despenalización han tenido éxito en Colorado y Oregon y hay un proyecto de ley pendiente en California. Más de una decena de ciudades —principalmente en California, Massachusetts y Washington— han aprobado resoluciones que restan énfasis al enjuiciamiento por el uso de varias drogas, entre ellas la ayahuasca.
“Parte de lo que estamos tratando de hacer es correr la voz y cambiar las leyes en Estados Unidos para que esto sea 100% legal y nadie tenga que preocuparse por eso”, declaró Brian Cantalupi, facilitador principal de la Iglesia Hummingbird con sede en California, a los participantes en una reciente ceremonia de ayahuasca. La iglesia, que alguna vez funcionó en gran medida bajo tierra, ahora celebra ceremonias al aire libre.
Pero no queda claro si las nuevas leyes sancionan las ceremonias de ayahuasca. Aunque lo hicieran, los participantes aún podrían enfrentar juicios por cargos federales.
“Desde la perspectiva de Colorado, parece que, según la nueva ley, las personas pueden reunirse y compartir ayahuasca, pero la pregunta es cuánto se les permite consumir. Eso no está claro”, señala Mason Marks, un miembro principal de un proyecto de psicodélicos en el Centro Petrie-Flom de la Facultad de Derecho de Harvard. “No significa que sea libre para todos y que la gente pueda hacer lo que quiera. Todavía hay muchas restricciones”.
(Con información de AP)