Millones de británicos se saltan comidas por culpa del aumento de los precios en el Reino Unido, sobre todo los de la alimentación que dejaron la inflación interanual en más de 10% el mes pasado en el país, indicó una encuesta de Which? publicado este jueves.
La mitad de los hogares británicos redujeron el número de comidas, escribió Which?, según los resultados de una encuesta realizada a unas 3,000 personas.
Una proporción similar dijo que es difícil comer sano en comparación a antes de la crisis, y opta por platos ya preparados para reducir su uso de gas o de electricidad.
El 80% de las personas encuestadas dicen tener dificultades económicas. Muchas empezaron a privarse de todo capricho para comprar tan solo lo esencial.
La asociación británica de defensa de los consumidores ya advirtió el miércoles que millones de hogares británicos corren el riesgo de entrar en situación de pobreza energética y por tanto de no poder calentarse este invierno, después de que el nuevo ministro de Finanzas redujera considerablemente la duración del límite a las facturas energéticas.
Jeremy Hunt anuló gran parte de las medidas presupuestarias anunciadas a finales de septiembre por su predecesor Kwasi Kwarteng, que combinaban ayudas masivas para las facturas energéticas de los hogares y para las empresas con recortes fiscales generalizados.
Financiadas con deuda en pleno aumento de la inflación y sin cuantificar, las medidas desencadenaron una tormenta en los mercados.
Jeremy Hunt recortó las ayudas energéticas a los hogares a seis meses en vez de dos años, ante el disparo de los precios del gas en un año, especialmente desde la invasión de Ucrania por Rusia.
Con un 10.1% anual en septiembre, la inflación británica es la más alta de los países del G7, y la más alta en cuarenta años.