Las autoridades sanitarias italianas comenzarán a realizar pruebas de COVID a todos los vuelos procedentes de China, después de que se detectara el virus en casi la mitad de los pasajeros de dos vuelos con destino a Milán.
El país ahora está secuenciando esas pruebas para ver si hay nuevas variantes provenientes de China, dijo el Ministerio de Salud en un comunicado. Si se detecta una nueva variante, los funcionarios pueden imponer restricciones más estrictas a los viajes desde China.
En China se han producido brotes del virus desde que el Gobierno abandonó sus estrictas políticas de COVID cero. La incertidumbre sobre la escala de la magnitud de la propagación ha llevado a muchos países a considerar nuevas restricciones a los ingresos desde el país.
En Alemania, las autoridades sanitarias están “observando de cerca” la situación en China, según el portavoz del Ministerio de Salud, Sebastian Guelde.
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“No tenemos indicios de que se haya desarrollado una mutación más peligrosa en China que dé lugar a la declaración de zona de variante del virus, lo que conllevaría las correspondientes restricciones de viaje”, añadió.
El jefe regional de salud de Milán dijo en una conferencia de prensa el miércoles que las autoridades del aeropuerto realizaron pruebas a los pasajeros que llegaron en dos vuelos, uno desde Pekín y otro desde Shanghái.
Si bien la alta tasa de pasajeros con el virus ha puesto en alerta a las autoridades, un factor a favor de Italia es su alta tasa de vacunación. Más del 80% de la población está completamente vacunadas, según la Organización Mundial de la Salud, y muchas también han recibido vacunas de refuerzo. La situación es similar en gran parte de Europa Occidental.