El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien en reiteradas ocasiones se ha solidarizado con el destituido expresidente Pedro Castillo y le ha ofrecido asilo en México, dijo el martes que las relaciones diplomáticas entre ambas naciones están “en pausa”, aunque esto no implica romper los lazos ni retirar al embajador.
“Está en pausa, en espera de lo que suceda y ojalá se busque una salida democrática”, reveló en su rueda de prensa diaria.
“No hay normalidad política en Perú, no se trata de decir: va a haber relaciones. Está la gente en la calle (protestando), que también, dicho sea de paso, no se informa, los medios no informan, si fuese en Venezuela (otra cosa sería)”, justificó.
El líder mexicano, conocido como AMLO, insistió en que él aún considera a Castillo como el presidente del Perú, pero evadió responder de forma directa si reconoce a la nueva mandataria, Dina Boluarte, nombrada la semana pasada por el Congreso.
“Es una doctrina de política exterior en México, o sea, ni para bien ni para mal, no existe en México lo de reconocimiento a ningún gobierno extranjero, entonces lo que está haciendo nuestra diplomacia es analizar los acontecimientos que se están presentando”, argumentó.
El presidente de México pidió evitar la “represión” del pueblo de Perú después de que las protestas que estallaron este domingo contra la presidenta Boluarte y el Congreso alcanzaron su máximo nivel de violencia este lunes con siete muertos y un centenar de policías heridos.
“Nosotros lamentamos mucho lo que está sucediendo, sobre todo por el sufrimiento del pueblo hermano del Perú, porque esto de una u otra forma se origina arriba, lo que siempre hemos estado sosteniendo”, mencionó.
Niega “injerencismo”
AMLO también rechazó este martes las acusaciones de “injerencismo” del actual Gobierno de Perú, pero pidió reconocer la presidencia de Castillo al argumentar que él ganó las últimas elecciones.
“No es injerencismo, estar ahí conduciendo nada, nuestro embajador está en su trabajo diplomático y es Relaciones Exteriores la que está a cargo de llevar a cabo este proceso”, declaró en su rueda de prensa diaria.
López Obrador respondió a la Cancillería de Perú, que el viernes pasado convocó al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy, para transmitirle su rechazo por las “expresiones de las autoridades mexicanas” que “constituyen una injerencia en los asuntos internos” del país andino.
Aun así, el mandatario mexicano rechazó la destitución de Castillo por “incapacidad moral” e intento de perpetrar un golpe de Estado. AMLO subrayó que el exmandatario peruano, hoy encarcelado tras intentar disolver el Congreso, ganó democráticamente en las urnas y por esta razón el legislativo del país sudamericano no podía destituirlo.
El gobernante mexicano citó el comunicado que emitió este lunes junto a Argentina, Bolivia y Colombia en el que “con apego a acuerdos internacionales se exhorta a los responsables de la conducción política en Perú de que se respete el voto de los ciudadanos”.
“Ganó el presidente, lo que plantea el convenio es que se debe respetar la voluntad del pueblo que lo eligió, reconocer que ganó democráticamente y que no se le puede destituir, que eso de origen, aunque esté en la Constitución peruana, tiene un problema, una falla antidemocrática de origen”, argumentó.
Con información de EFE y Reuters