Mientras el gobierno de Estados Unidos construía su más reciente tramo de cercado fronterizo, México mandó su propio mensaje al colocar restos del muro de Berlín a unos pasos de distancia.
Un poroso tramo de 3 toneladas de concreto yace entre una plaza de toros, un faro y el muro fronterizo, el cual se extiende hasta el océano Pacífico.
“Que sea esto una enseñanza para construir una sociedad que derriba muros y construye puentes de solidaridad y entendimiento, buscando siempre el bien común, la justicia social, la libertad y el hermanamiento,” se lee bajo la reliquia de la Guerra Fría, una frase atribuida a la alcaldesa de Tijuana Montserrat Caballero bajo el título: “Un Mundo Sin Muros.”
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Para Caballero, al igual que los 2 millones de habitantes de Tijuana, el muro fronterizo con Estados Unidos es algo personal como político, es parte de una esencia de la ciudad... y de la vida. Ella misma se considera una migrante luego de haber tenido que mudarse desde la ciudad de Oaxaca, en el sur de México, junto a su madre cuando tenía 2 años de edad, huyendo del “círculo vicioso de la pobreza, de los golpes y del anafalbetismo”.
La instalación se inauguró el 13 de agosto en una ceremonia con Caballero y Marcelo Ebrard, el ex secretario de Relaciones Exteriores que ahora es uno de los principales precandidatos a la presidencia.
Caballero, de 41 años, está casada con un iraní que se convirtió en ciudadano estadounidense y vive en Estados Unidos. Ella y su hijo de 9 años solían cruzar la frontera entre Tijuana y San Diego.
Desde junio pasado, Caballero ha vivido en un cuartel militar de Tijuana ante el argumento de que tomó medidas ante las amenazas creíbles en su contra que funcionarios de inteligencia estadounidenses le hicieron notar y bajo la recomendación del gobierno federal mexicano. Semanas atrás, su guardaespaldas sobrevivió a un intento de asesinato.
Caballero dijo que no sabe quién quiere matarla, pero sospecha de represalias tras incautar armas a criminales violentos que asedian a su ciudad.
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En todo el mundo hay pedazos del muro de Berlín tras su caída en 1989, pues ha habido coleccionistas que los han colocado en hoteles, escuelas, estaciones de tránsito y parques. Marcos Cline, quien hace comerciales y otras producciones digitales en Los Ángeles, necesitaba un lugar para sus objetos y encontró una aliada en la alcaldesa de Tijuana.
“¿Qué sucede en Tijuana particularmente?” se preguntó Caballero. “¿Cuántas familias han dejado sangre, esfuerzo y su propia vida por cruzar el muro? El conflicto social y político es distinto a lo relacionado con el muro de Berlín, pero es un muro a fin de cuentas. Y un muro siempre va a ser una esfinge que divide y que sangra las naciones”.
El presidente Joe Biden emitió una orden ejecutiva durante su primer día de mandato para frenar la construcción del muro fronterizo, poniéndole fin a una labor emblemática de su predecesor Donald Trump. Pero su gobierno ha continuado con pequeños proyectos a los que ya se les habían otorgado contrato, incluido el reemplazo de un muro de doble capa en San Diego de 5,5 metros (18 pies) de altura con una barrera de 9,1 metros (30 pies) y una extensión de 1 kilómetro (0,6 millas) hacia el mar.
El muro atraviesa el Parque de la Amistad, un lugar transfronterizo inaugurado por la entonces primera dama Pat Nixon en 1971 que simboliza los vínculos binacionales. Durante décadas, las familias separadas por estatus migratorios se encontraron del otro lado de una cercado de alambre de púas y malla ciclónica. Se trata de un preciado y festivo destino para turistas y residentes en México.
Durante un festival en 2005, David “La bola de cañón humana” Smith Jr. mostró su pasaporte en Tijuana mientras descendía por un barril y fue disparado encima del muro hacia una red en la playa ante la mirada de agentes fronterizos de Estados Unidos. En 2019, la artista Lizbeth De La Cruz Santana cubrió el lado del muro desde Tijuana con pinturas de adultos que llegaron ilegalmente a Estados Unidos durante su infancia y fueron deportados. Los visitantes que apuntaban sus celulares a los códigos de barras, eran llevados a un sitio web en el que contaban sus historias en primera persona.
Cline dijo que fue rechazado en la Casa Blanca cuando intentó entregar la reliquia del Muro de Berlín a Trump y después la llevó a lo largo de todo el país hasta encontrar un lugar adecuado. Dijo que el fragmento ha encontrado una “segunda vida” en el parque de Tijuana cerca de coloridas pinturas en la frontera que expresan su postura en cuanto a la política y la inmigración.
El gobierno de Estados Unidos ha restringido gradualmente el acceso al parque desde San Diego en los últimos 15 años en un parque estatal que alguna vez albergó clases de yoga transfronterizas, misas y festivales musicales. Después de una prolongada consideración, el gobierno del presidente Biden accedió a mantener el muro a 5,5 metros (18 pies) de altura para una pequeña sección en la que se permitirá cierto acceso.
Dan Watman, de Friends of Friendship Park, un organismo que defiende el acceso transfronterizo al parque, dijo que el tramo de 18,3 metros (60 pies) que permanecerá a una altura más baja es sólo un gesto simbólico. “El parque en el lado mexicano se ha convertido en algo así como algo unilateral”, declaró.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés) dijo que anticipa reemplazar la barrera de dos capas para noviembre y que el muro de mayor altura que está bajo construcción “proveerá de mejorar muy necesarias”.
La instalación del muro de Berlín ha sido objeto de distintas reacciones.
Sandra Flores, una turista del puerto de Mazatlán, comparó el muro de Berlín con el cercado fronterizo.
“Aquí es un poquito menos fuerte que en Alemania, pero es un muro que divide naciones, vidas, la vida social, económica y demás relacionado con Estados Unidos”.
Lydia Vanasse, quien trabaja en el sector financiero en San Diego y vive en Tijuana, dijo que la reliquia la llevó de regreso a cuando tenía 20 años, cuando cayó el imperio soviético y a los alemanes finalmente se les permitió trasladarse libremente.
“San Diego y Tijuana somos ciudades hermanas”, comentó. “El muro nos separa, pero estamos más unidas en muchas maneras. Si no hubiera el muro, sería más bonita”.
Las críticas directas a cualquier política o presidente estadounidense son inusuales.
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La alcaldesa de Tijuana dijo que es innegable la necesidad de Estados Unidos para reforzar sus fronteras y ella tiene relaciones estrechas con funcionarios estadounidenses, como Ken Salazar, el embajador ante México. Dijo que Salazar le pidió desalojar a los migrantes que instalaron un campamento con la esperanza de obtener asilo en territorio estadounidense y bloqueó el acceso a un cruce fronterizo a Estados Unidos en 2022. Ella siguió sus recomendaciones.
Cualquier fracaso en la frontera es responsabilidad colectiva de las naciones, dijo.
“No estamos contra de la frontera. Estamos contra la violencia, estamos contra la desunión de las familias, estamos contra la división, y el muro representa esto”, declaró.
Elaborado con información de AP