Las fluctuaciones de los rendimientos globales están marcando la pauta sobre las tasas mexicanas, lo que deja poco margen para que los operadores hagan apuestas basándose únicamente en la reciente inclinación moderada del banco central.
Si bien Banxico, como se conoce al banco central de la nación, señaló la semana pasada una desaceleración en el ritmo de las alzas de tasas, los analistas de bancos como Barclays Capital Inc. y Bank of America dicen que aún es demasiado pronto para agregar posiciones recibidoras, que se benefician de una caída en las tasas de swaps.
La perspectiva inflacionaria global y las proyecciones de la política de la Reserva Federal serán catalizadores que cobrarán mayor importancia, dicen, y por ahora todavía apuntan a tasas más altas por más tiempo.
De hecho, los movimientos en las tasas de swaps de México y los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos no han estado tan conectados desde los primeros días de la pandemia de COVID.
La correlación móvil de 50 días entre las tasas TIIE a dos años y las tasas swap de Estados Unidos a la misma fecha ha subido por encima de 0.75, la más alta desde marzo de 2020. Dado que se espera que la Fed aumente las tasas en otros 130 puntos básicos este año, es posible que las tasas mexicanas no bajen pronto.
“En el corto plazo permanecería con cautela. Los globales claramente importan, pues la Fed será uno de los factores principales”, dijo Claudia Ceja, estratega de BBVA en Ciudad de México. “Si bien el mercado ya anticipa subidas fuertes, cualquier sorpresa inflacionaria puede llevarlo a anticipar una postura más restrictiva, aunque no se materialice”.
El banco central de México elevó el jueves su tasa de política en 75 puntos básicos al 8.5%, como se esperaba, y señaló un aumento menor para septiembre. La curva de swaps de tasas descuenta menos de 100 puntos básicos de aumentos de tasas adicionales en el 2022 antes de que los banqueros centrales hagan una pausa, e implica una tasa del 8% para fines del 2023.
“El mercado todavía está descontando demasiados recortes demasiado rápido”, escribieron el viernes los estrategas de Bank of America liderados por Claudio Irigoyen en un informe de investigación. El entorno global incierto puede obligar a los bancos centrales de América Latina a “mantener las tasas altas por más tiempo”.
BofA recomienda tasas pagadoras en México (tasas TIIE a 1 año a partir de agosto del 2023 versus tasas swap de Estados Unidos) y dice que es poco probable que Banxico permita que el diferencial de tasas de la nación respecto a los fondos federales se reduzca en el corto plazo a la luz de los propios problemas de inflación de México y la preferencia de los banqueros centrales por un peso fuerte.
Es lo opuesto a lo que está pasando en Brasil, donde las tasas swap en el centro de la curva se desplomaron más de 70 puntos básicos desde que el banco central señaló que el ciclo de ajuste está próximo a su fin. Las señales de los banqueros centrales desencadenaron una carrera por las tasas recibidoras.
“Por ahora los drivers externos son más importantes, en especial el dato de inflación de Estados Unidos que sorprendió a la baja. Eso es lo que está generando un mejor ambiente para los receivers”, dijo Erick Martínez, estratega de Barclays en Ciudad de México. La decisión de Banxico, por su parte, “No es impulso adicional para recibir”.