El partido gobernante de México dará a conocer el miércoles a su candidato que peleará por la presidencia del país, un paso clave en el proceso para elegir al sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador el próximo año.
La coalición gobernante, liderada por el partido Morena de López Obrador, elegirá entre una lista de seis candidatos en la que la ingeniera energética y ex jefa de Gobierno de Ciudad de México Claudia Sheinbaum, de 61 años, es vista como la favorita del presidente.
Quienquiera que resulte elegido enfrentará a la senadora Xóchitl Gálvez, que representa a una coalición de tres partidos de la oposición, entre ellos el PAN, favorable a los empresarios, y el PRI, que gobernó México durante la mayor parte del siglo XX. Con un estilo de comunicación relajado y un aura de empresaria hecha a sí misma, Gálvez llegó a sacudir una carrera que parecía ya ganada por Morena.
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En juego está no solo el destino de una economía de US$1,66 billones —la segunda más grande de América Latina y el mayor socio comercial de Estados Unidos—, sino también el legado político de López Obrador, que en sus cinco años en el poder ha intentado remodelar la vida pública de México en torno a su visión nacionalista y estatista.
AMLO, como se conoce popularmente al presidente, no puede postularse para un segundo mandato.
Las elecciones generales del 2 de junio serán, por tanto, una elección entre la continuidad de las políticas de AMLO —incluidos programas sociales de corte universal, un sector energético dominado por empresas estatales y austeridad gubernamental— y una oposición que intentará aprovechar parte del descontento de la población ante las deficiencias de la Administración, los altos niveles de inseguridad y los deficientes servicios públicos.
Coalición gobernante
El principal rival de Sheinbaum es el exsecretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, de 63 años, un político de carrera que se encuentra entre las figuras más favorables a las empresas dentro del partido de izquierda de AMLO. Otros aspirantes a la presidencia son el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, a quien se consideraba un posible caballo negro en los primeros momentos de la carrera; el ex líder de la mayoría en el Senado, Ricardo Monreal; y dos candidatos de partidos aliados, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco.
A pesar de que las leyes electorales impiden las campañas formales en esta fase, los participantes han estado recorriendo el país en los últimos meses para mejorar sus posiciones y recabar apoyos. Eso no ha cambiado el hecho de que Sheinbaum sigue a la delantera en las encuestas y que Ebrard no ha logrado acortar distancias con ella, lo que aumenta la percepción de que ella podría resultar ganadora.
Morena, que se fundó hace apenas 12 años y ha seguido sistemáticamente las directrices de AMLO, estableció un enrevesado conjunto de reglas para decidir a su candidato y minimizar al mismo tiempo la posibilidad de luchas internas. Durante el proceso, se pidió a los candidatos que no debatieran propuestas entre ellos para evitar dar argumentos a los rivales del partido, según AMLO.
El candidato se decidirá mediante una encuesta realizada en los últimos días a más de 12.000 personas de todo México, en lugar de a través de unas elecciones primarias ordinarias. Quien resulte primer lugar en la encuesta encabezará el partido en las elecciones generales.
La elección de la oposición
A pesar de formar parte del desprestigiado establishment a los ojos de muchos mexicanos, el PAN y el PRI unieron sus fuerzas en la coalición conocida como Frente Amplio Por México, un intento de revivir sus fortunas frente a la popularidad de AMLO y la fuerza electoral de Morena. Tras el proceso de candidatura anticipada de Morena, los partidos reaccionaron rápidamente y acordaron a finales de junio una estrategia común, que llevó a elegir a Gálvez como candidata presidencial a finales de agosto.
La senadora Gálvez, de 60 años, que ha acaparado la atención con hazañas como la de vestirse de luchador tradicional de Lucha Libre, pertenece al PAN, partido que gobernó México entre 2000 y 2012 bajo las presidencias de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Sus duras críticas a AMLO despertaron el interés de una parte de la población que está en desacuerdo con lo que consideran un Gobierno de mano dura. Gálvez se impuso a una amplia lista de candidatos más estándar para ganar la nominación, lo que representa un cambio en el estilo tradicionalmente más conservador de los miembros de la coalición.
El comodín
El comodín en la carrera será Movimiento Ciudadano, un partido pequeño pero influyente que actualmente gobierna Nuevo León y Jalisco, dos de los estados más ricos del país. Su líder, Dante Delgado, ha dejado claro que los partidos políticos existentes son en parte culpables de los problemas de México, aunque una facción de su grupo quiere apoyar a Gálvez.
Si finalmente el partido decide tener su propio candidato presidencial, éste podría restar votos a las dos coaliciones líderes, aunque aún no está claro a quién afectaría más y en qué medida podría cambiar el resultado de la contienda.
Una opción es Samuel García, de 35 años, el locuaz gobernador de Nuevo León, que se dio a conocer por su presencia en las redes sociales y por dar la bienvenida a Tesla Inc. al estado. Otros son el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, cuyo padre fue asesinado cuando él mismo era candidato presidencial en 1994, aunque ha negado su interés por lanzarse a la carrera, y Patricia Mercado, senadora por Sonora que ya buscó una vez la presidencia.
Lo que dicen las encuestas
La enorme popularidad de AMLO —de alrededor del 60% tras cinco años de Gobierno— sugiere que quien sea el candidato de su partido tiene buenas posibilidades de ganar la presidencia, conservando el poder otros seis años.
En una encuesta reciente del diario El Financiero, un enfrentamiento entre Sheinbaum y Gálvez daba a la representante del partido gobernante el 46% de los votos, frente al 37% del opositor. Ebrard también estaría arriba de la oposición en caso de ganar la candidatura oficial.
Otra encuesta de Reforma realizada a mediados de agosto muestra una ventaja aún mayor para los candidatos oficialistas.
Carrera por delante
La votación de junio incluirá la elección de los 128 senadores de México y los 500 miembros de la Cámara de Diputados, además de la elección de nueve gobernadores estatales, incluido el de Ciudad de México, uno de los cargos políticos más destacados del país. Esto significa que el equilibrio de poder puede cambiar no sólo en los niveles más altos de Gobierno, sino en todos los estados donde AMLO ha pasado años construyendo redes locales para apoyar su misión y sus políticas.
El instituto electoral, que ha mantenido una tensa relación con el presidente tras sus intentos de recortar su personal y cuestionar su autoridad, calcula que unos 98 millones de mexicanos estarán habilitados para votar.
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