El Banco Central Europeo (BCE) considera que los bancos de propiedad rusa afrontan fuertes desafíos tras la aplicación de las sanciones de los países occidentales.
Un análisis realizado por el BCE revela que las exposiciones directas a Rusia eran manejables para los bancos, pero mostró algunas excepciones a las pocas semanas después de que ese país atacara a Ucrania, según informaciones publicadas este miércoles en su web.
Unos pocos bancos grandes con filiales en Rusia tenían exposiciones elevadas a la región en conflicto.
Para estos bancos los supervisores tuvieron que calcular el impacto en el peor de los casos, en el que deben abandonar sus filiales y depreciar sus exposiciones transfronterizas en la región.
El BCE asegura que los afectados eran suficientemente fuertes para afrontar esta situación extrema, que hubiera disminuido el capital ordinario de nivel 1 (CET1) de media en 90 puntos básicos antes de impuestos.
El despliegue de capital necesario de algunos bancos concretos no superó los 200 puntos básicos.
El BCE considera que algunos de ellos tienen un déficit de capital para afrontar los mínimos que les exige en estas circunstancias adversas pero ese déficit es contenido, incluso, en el escenario más adverso.
“En concreto, los bancos de propiedad rusa afrontaron y continúan afrontando fuertes desafíos asociados a preocupaciones reputacionales y operativas, también después de la aplicación de las sanciones occidentales”, según la información que el BCE ha publicado en su página web.
Los problemas operativos y el daño a la reputación afectaron a algunas entidades como el Sberbank Europe, el RCB Bank y el Amsterdam Trade Bank.
Estos bancos han sido liquidados o reestructurados como consecuencia sin haber causado más contagio al sector europeo, añade el BCE.
Los supervisores observan a los bancos con operaciones en Ucrania dado que sus filiales tienen muchos problemas para proporcionar servicios bancarios a la población y para apoyar a los empleados en el traslado a lugares más seguros.
También siguen de más cerca las actividades de los mercados financieros y los riesgos cibernéticos.
Tras el inicio del conflicto bélico, emergieron rápidamente algunas turbulencias en los mercados de materias primas y de energía, pero los ataques cibernéticos a los bancos fueron “inesperadamente bajos” en esa fase, según el BCE.
No obstante, la entidad monetaria les recomienda que sigan en alerta y que establezcan planes de emergencia para aplicar contramedidas rápidamente, incluso, si los riesgos de ataques cibernéticos no se han producido todavía.
El BCE estableció un grupo de contacto tras el estallido de la guerra para agrupar la información relevante y la experiencia necesaria en supervisión bancaria europea.
Una de sus principales tareas fue preparar una reseña de los bancos que estaban más expuestos a los riesgos que emergieron por el conflicto militar.
Estos eran principalmente los de propiedad rusa, aquellos con filiales en Rusia y Ucrania y los que tenían exposiciones considerables a Rusia en sus balances.
El BCE estableció una supervisión diaria para esos bancos y aumentó la frecuencia de supervisión para identificar nuevos riesgos e impactos.