De su lado, la Comisión Europea presentó el jueves su plan de emergencia en materia de derechos pesqueros y para proteger el transporte aéreo y terrestre, en previsión de una ruptura sin acuerdo. (Foto Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: AFP)
De su lado, la Comisión Europea presentó el jueves su plan de emergencia en materia de derechos pesqueros y para proteger el transporte aéreo y terrestre, en previsión de una ruptura sin acuerdo. (Foto Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: AFP)

El Reino Unido y la Unión Europea () reconocieron como “probable” que no alcancen un acuerdo de libre comercio que rija sus relaciones tras el término del periodo de transición, dentro de tres semanas, abriendo la vía para una ruptura brutal.

“Parece muy, muy probable que tengamos que optar” por un Brexit duro sin acuerdo, dijo el primer ministro Boris Johnson.

Defensor del a ultranza desde el histórico referéndum del 2016 sobre la UE, el líder conservador quitó sin embargo hierro a las consecuencias de tal escenario: “creo que sería maravilloso para el y que podríamos hacer exactamente lo que queremos a partir del 1 de enero”.

Pero “sería diferente de lo que nos habíamos propuesto alcanzar”, reconoció, mientras en Bruselas los equipos negociadores británico y europeo proseguían los contactos con la mirada puesta en el domingo, el día que ambas partes se fijaron para decidir si vale la pena seguir a delante o tiran la toalla.

También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había considerado la víspera que hay “más probabilidades” de fracaso que de éxito, al presentar a los líderes de los 27 países de la , reunidos en una cumbre, un panorama del estado de la negociación.

Según fuentes diplomáticas en Bruselas, Von der Leyen alertó a los líderes europeos de sus “bajas expectativas” sobre la posibilidad de un acuerdo y mencionó que el sábado podría mantener una nueva conversación con Johnson.

El Reino Unido abandonó oficialmente la UE el 31 de enero, y desde entonces se encuentra en un período de transición que vence el 31 de diciembre, cuando el país saldrá por completo del mercado único y la unión aduanera.

Ese período de transición fue acordado precisamente para que Londres y Bruselas pudieran negociar un acuerdo sobre su futura relación comercial.

Las negociaciones quedaron estancadas por diferencias insalvables en tres puntos: acceso europeo a zonas pesqueras en aguas británicas, normas de competencia para acceso al mercado único, y la gestión legal de la futura relación, en especial el mecanismo de solución de controversias.

Von der Leyen reiteró a los líderes europeos que el acceso al mercado único requiere condiciones. “Es justo que los competidores de nuestras propias empresas enfrenten las mismas condiciones en nuestro propio mercado”, señaló, de acuerdo con fuentes diplomáticas.

Sin acuerdo, a partir del 1 de enero las relaciones comerciales entre el Reino Unido y la UE se regirán por las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), un escenario de consecuencias económicas imprevisibles que conlleva aranceles y cuotas.

Prepararse para el impacto

Como consecuencias de los malos augurios, la divisa británica volvió a desplomarse el viernes, por segundo día consecutivo, perdiendo 1% para cambiarse a US$ 1,3150 por libra.

De poco parecía haber servido que horas antes el Banco de Inglaterra lanzase un mensaje de calma a los mercados, asegurando que el sistema financiero británico tiene las condiciones para resistir a los efectos del Brexit.

El comité de política financiera de la entidad aseguró que el sistema bancario del Reino Unido es capaz de hacer frente a “una amplia gama de posibles escenarios económicos”.

Incluso si la economía se deteriora significativamente, el sistema financiero tiene “la capacidad de seguir [prestando] a las empresas y a los hogares, aseguró.

El Reino Unido es uno de los países más afectados por la pandemia de COVID-19, con el mayor número de muertes en Europa, 63,000, y una contracción económica que se espera supere el 11% este año, la mayor del país en más de 300 años.

En ese escenario, el impacto económico de una ruptura brutal con la UE podría ser devastador.

De su lado, la Comisión Europea presentó el jueves su plan de emergencia en materia de derechos pesqueros y para proteger el transporte aéreo y terrestre, en previsión de una ruptura sin acuerdo.

“Nuestra responsabilidad es estar preparados para todas las eventualidades, incluyendo no tener un acuerdo con el Reino Unido el 1 de enero. Por eso presentamos estas medidas”, dijo Von der Leyen.

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