En la nutrida lista de desencuentros entre China y Estados Unidos ha surgido un nuevo foco de tensiones: una serie de islas del sur del Pacífico, con las Salomón a la cabeza, se encuentran cada vez más bajo la esfera de influencia de Pekín, a lo que Washington hace frente reforzando lazos con sus socios en la zona.
Si bien el interés de China en las islas del sur del Pacífico viene de atrás, las alarmas saltaron el pasado abril, cuando Pekín confirmó un acuerdo de seguridad con las islas Salomón, que tenía a Australia como su principal valedor hasta la irrupción china.
El acuerdo de seguridad con las Salomón, que permite a las islas solicitar el envío de tropas chinas al país, hizo sospechar a Australia y su aliado, Estados Unidos, de que el plan final de China sea establecer allí una base militar.
China asegura que su acuerdo con las islas Salomón “no está dirigido contra ningún tercero”, y niega que vaya a establecer allí una base militar, pero el pacto le permite ganar presencia en el Pacífico en tanto que amenaza la zona de influencia de Australia, sobre todo cuando sus relaciones con Canberra han empeorado.
De lo que no cabe duda es que el pacto, negociado en secreto, ha sido el pistoletazo de salida para una carrera entre Pekín y Washington por aumentar su influencia en una zona marítima estratégica.
Biden en Asia
En su primer viaje a Asia como presidente de Estados Unidos, Joe Biden debatió en Tokio este martes formas de contrarrestar a China con sus aliados del Quad (Australia, la India, Japón y EE.UU.).
Los líderes del Quad se comprometieron en la capital nipona a estrechar su cooperación con los países insulares del Pacífico, a los que prometieron US$ 50,000 millones en proyectos de infraestructura en los próximos cinco años, a la vez que rechazaban, sin mencionar directamente a China, “la militarización de zonas en disputa”.
Mientras y de manera casi sincronizada, Pekín anunciaba hoy que su ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, iniciará este jueves una gira que le llevará a ocho países del Pacífico: las mismas Salomón, Kiribati, Samoa, Fiji, Tonga, Vanuatu, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental.
Motivación de China
El viaje se produce apenas un mes después de que China y las Salomón revelaran el pacto, que sugiere un matrimonio de conveniencia entre ambos países.
Para el archipiélago, una de las naciones más empobrecidas de Asia-Pacífico, es una forma de afianzar su viraje hacia Pekín -su mayor socio comercial- y de garantizar su capacidad de defensa –pues carece de Ejército- cuando su primer ministro, Manasseh Sogavare, mantiene tensiones con Australia.
Por su parte, China manda un mensaje de fuerza a Australia y su socio estadounidense, sugiriendo que, más que amedrentarlo, alianzas como el Quad o el AUKUS (Australia, el Reino Unido y EE.UU.) espolean unos planes expansionistas que vienen de atrás y que incluyen aumentar su presencia militar en el Pacífico.
“Es posible que China esté reaccionando al AUKUS”, dice Euan Graham, analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), en referencia al pacto firmado entre los citados países en setiembre del 2021, que permite a Australia construir submarinos nucleares.
Más posibles acuerdos
En cualquier caso, Graham considera que “no todo versa sobre Australia, China tiene motivaciones más ambiciosas. Lleva años llamando a la puerta de los países del sur del Pacífico”.
La gira de Wang así lo sugiere, mientras una exclusiva del “Financial Times” del fin de semana señalaba que China estaría negociando otros acuerdos de naturaleza similar al firmado con las Salomón con Kiribati y al menos otro país más, lo que Pekín no ha confirmado.
La naturaleza de seguridad del acuerdo con las Salomón, y la posibilidad de que surjan más, hace difícil eliminar la posibilidad de que China acabe estableciendo en la zona una base militar, que se convertiría en la segunda fuera de su país (frente a las más de 800 que posee EE.UU.), siendo la primera una que inauguró en Yibuti en el l2017, también entre alto secretismo.
Ya entonces analistas anticiparon que no sería la última, y que Pekín continuaría su expansión sobre todo en el Pacífico, más allá de la primera cadena de islas (la primera fuera de la costa continental de Asia oriental, desde las Kuriles hasta Borneo), aguas en las que ha doblado su presencia en los últimos años, para avanzar hacia la segunda y tercera cadenas (esta última desde las Aleutianas hasta Oceanía, atravesando Hawái y Tonga).
Posible rearme
Una base militar en las islas Salomón situaría a China a menos de 3,000 kilómetros de las instalaciones militares de Estados Unidos en Guam y las islas Marshall, permitiéndole amenazar las líneas de comunicación entre Estados Unidos y Australia, así como hacer frente a una posible ofensiva estadounidense en caso de invasión a Taiwán.
Pekín nunca ha descartado anexionarse la isla de Taiwán por la fuerza, pues la considera parte inalienable de su territorio, mientras Biden sorprendió afirmando la víspera en Tokio que Estados Unidos intervendría militarmente si así sucediera.
Sea como fuere, expertos sugieren que los movimientos de Pekín responden a una “estrategia a largo plazo” para obtener mayor presencia en esa parte del Pacífico, y que el pacto con las Salomón es solo el principio. “Cómo se expanda (China), responderá principalmente a quién le abre la puerta primero”, indica Graham.