Las cumbres nevadas de la estación suiza de Davos acogen desde este lunes una nueva reunión anual del Foro Económico Mundial, una cita que reúne a la flor y nata de los dirigentes políticos y empresariales que debatirán sobre los enormes desafíos geopolíticos y económicos, desde la guerra de Ucrania a una posible recesión.
Por primera vez desde el inicio de la pandemia, esta 53º edición, totalmente presencial, del Foro de Davos vuelve a su calendario habitual, en pleno invierno alpino, en este pueblecito inmortalizado por Thomas Mann en “La montaña mágica”.
Como entonces, la enfermedad y la guerra sobrevuelan el ambiente, con los coletazos de la pandemia de coronavirus y la invasión rusa de Ucrania a punto de cumplir un año, pero además con temores de que este año 2023 traiga una recesión global.
Horas antes de empezar la reunión, una encuesta realizada por el Foro Económico Mundial reveló que dos tercios de los ejecutivos responsables de corporaciones y grandes firmas internacionales creen que habrá una recesión global en el 2023.
Los líderes del sector privado que participaron en el análisis reconocieron que planean recortar costes significativamente en respuesta al entorno económico negativo.
El panorama es especialmente pesimista para Europa, donde el 100% de los encuestados prevé un crecimiento económico “débil o muy débil” este año, un porcentaje que baja al 91% en el caso de Estados Unidos, al 68% en Latinoamérica y al 48% en China.
Aunque los debates -cerca de 400 sesiones hasta el viernes 20- se abrirán en la mañana del martes, la cita arrancó ya esta tarde con la entrega de los Premios Crystal a cuatro destacados “líderes culturales”: la arquitecta, activista y artista Maya Lin, la aclamada soprano Renée Fleming, y los actores y humanitarios Idris Elba y su esposa Sabrina Dhowre Elba.
Fueron galardonados “por su trabajo para promover la conservación medioambiental, la seguridad alimentaria, la lucha contra el cambio climático, la salud mental y la educación”, según la organización.
Como es tradicional, la ONG Oxfam también se adelantó al inicio del Foro con un informe que insta a subir al 75% los impuestos a las grandes fortunas para reducir la creciente desigualdad y mitigar los efectos de una “policrisis” derivada de la subida de la inflación, los coletazos de la pandemia y los efectos de fenómenos como sequías, ciclones e inundaciones.
La principal conclusión del estudio es que si se aplicara un impuesto a la riqueza de hasta el 5% a los multimillonarios y milmillonarios podrían recaudarse US$ 1.7 billones (1.5 billones de euros) anualmente, lo que permitiría a 2,000 millones de personas salir de la pobreza, además de financiar un plan mundial para acabar con el hambre.
Se espera en esta edición del Foro a figuras públicas de 370 gobiernos y organizaciones internacionales, y entre los ministros, los más numerosos serán los de Economía, Finanzas, Energía y Medio Ambiente, lo que pone en evidencia el reconocimiento de la interdependencia entre crecimiento económico, transición energética y sostenibilidad ambiental.
Entre las intervenciones del martes se encuentran las de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, o el viceprimer ministro chino Liu He.
Latinoamérica estará ampliamente representada con 137 personalidades de todas las categorías, un récord, según destacó hoy Marisol Argueta, directora principal para América Latina del Foro Económico Mundial.
Serán representantes de 16 países de la región, y entre ellos políticos de 11 gobiernos y tres presidentes: Guillermo Lasso, de Ecuador, Gustavo Petro, de Colombia y Rodrigo Chaves, de Costa Rica.
Según Argueta, es perfectamente entendible que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no pueda asistir tras menos de dos semanas de haber asumido el poder -incluso con el intento de golpe de Estado de los bolsonaristas- pero el foro está “muy complacido por la representación de Brasil”.
El gigante sudamericano ha enviado a los ministros de Finanzas y Medio Ambiente, y a tres gobernadores, entre ellos el del Estado de Pará, elegido para presidir el Consorcio Legal para la Amazonía, y de cuya capital, Belén, Lula ya ha dicho que es ciudad candidata para acoger la COP 30.
“Es un momento interesante por la alineación en Sudamérica sobre las políticas en la Amazonía”, destacó la responsable para Latinoamérica del Foro, y también “un momento crítico para impulsar la cooperación entre los distintos sectores y el diálogo regional”.
Entre las ausencias, por segundo año consecutivo, México no envía una delegación oficial, algo que lamentó Argueta. “Países como México deberían estar presentes”, señaló, y dijo que el Foro confía en que en próximas citas sí haya representación, incluso que venga el presidente antes de finalizar su mandato.
Fuente: EFE