La deforestación provocada por las operaciones de extracción de níquel en Indonesia amenazan a una de las últimas tribus aisladas del país, aseguraron varias oenegés.
El níquel es un componente clave en las baterías de los vehículos eléctricos y el gobierno de Indonesia, el principal productor mundial, quiere impulsar su explotación a pesar de los temores por su impacto medioambiental y social.
Varias oenegés explicaron a la AFP que las operaciones mineras en la provincia de Molucas Septentrionales amenazan el estilo de vida del pueblo O’Hongana Manyawa al privarlos de sus bosques y contaminar sus aguas.
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La mina Weda Bay en la isla Halmahera, que algunos estiman como la mayor del mundo, ha rodeado a la tribu, dijo Syamsul Alam Agus, militante de la Asociación de Defensores de Pueblos Indígenas. “Están rodeados (...) Su territorio está controlado”, dijo.
Este pueblo de entre 300 y 500 personas mantiene una existencia nómada basada en la caza y la recolección y sin contactos con el exterior. Pero al quedarse sin tierra ni alimentos se ven “forzados a entregar” su estilo de vida y “a menudo salir a pedir comida”, explica Callum Russell, de la oenegé Survival International, que vela por los derechos indígenas.
Videos virales en redes sociales que la AFP no pudo verificar muestran distintos encuentros entre los miembros de la tribu y mineros. Según un ecologista local que se describe como un “acompañante” de los O’Hongana Manyawa, Dewi Anakoda, los videos son auténticos y se deben a que la mina ha accedido al territorio indígena.
“Ellos siempre han vivido en el bosque. Dicen: ‘Este es nuestro territorio, nuestra casa. Nunca os molestamos, ¿por qué nos molestáis?’”, explica.
La mina está explotada por la empresa indonesia PT Weda Bay Nickel, la mayoría de cuyo capital pertenece a una sociedad compartida por la francesa Eramet y la china Tsingshan.
La empresa gala asegura que 6,000 hectáreas de las 45,000 concedidas serán explotadas en 25 años. Por ahora, solo 2,000 hectáreas han sido afectadas. La oenegé Climate Rights International dijo este año que la mina había deforestado 1.400 hectáreas de bosque y que había tomado o excavado tierras de los pueblos vecinos sin consentimiento.
Weda Bay Nickel, Tsingshan y las autoridades indonesias consultadas no respondieron. Eramet dijo que estaba “informada” del pueblo O’Hongana Manyawa y entendía la “importancia crucial” de la minería responsable y del bienestar de los indígenas. Pero también destacó que el proyecto genera 14,000 empleos directos y más de 1,5 millones de dólares de “gasto de inversión comunitaria”.